TRES EN RAYA

Y ahora, poliomielitis, meningitis y difteria

Puede ser que en estos momentos no se alcance a vislumbrar el tamaño de la crisis de salud que se tendrá en el mediano y largo plazo

OPINIÓN

·
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

El plan nacional de vacunación hace agua. No me refiero al plan contra el COVID, sino a algo igual o todavía más fundamental: las inoculaciones para erradicar la poliomielitis, la meningitis y la difteria en México

Poco importa a la 4T que la OMS considere que nuestro país se encuentra en la fase final, y por lo mismo crucial, de la erradicación de la poliomielitis, que se prevé completar en el 2023. Total, hemos visto que la Secretaría de Salud federal solo le presta atención a dicha agencia internacional cuando conviene a sus intereses. Con base en ello, el problema es que la presente administración gubernamental decidió suspender de buenas a primeras la aplicación de la vacuna en cuestión.

¿Qué sucedió para que nuestro país pasara de ser ejemplo a nivel mundial en vacunación a no lograr inocular a todos los pequeños? Todavía hace unos cuantos años, en México se alcanzaba la vacunación universal, con lo cual se desplomó el registro de casos mortales o de terrible consecuencia en diversas enfermedades.

 ¿Qué sucedió para perder esa cobertura universal? Al parecer, poco le ha importado a la 4T que en México no se hayan presentado casos de poliomielitis desde 1994, o de difteria desde 1991, o tener solo 60 casos de meningitis al año; todo ello gracias al plan integral de vacunación.

Seguramente, en este caso como en otros, el gobierno dirá que sus acciones obedecen a solventar errores y culpabilidades de otros, arrastradas de antes; luego, una vez que se presenten consecuencias no previstas —más bien no consideradas—, dirán que otros son los culpables. Todos, menos asumir responsabilidades. 

El zar anti covid, Hugo López-Gatell, presto, ya culpó de rezagos a gobiernos anteriores en los cuales no hubo desabasto de las mencionadas vacunas. Otro pretexto que han aducido autoridades de la 4T ha sido decir que los recortes en la vacunación se deben a la falta de materia prima y a problemas con los procesos de importación en razón del covid y la pandemia mundial. Es curiosa esta argumentación ya que, como suele suceder para otras cuestiones, en diversos países no hubo escasez de este producto. Lo que apunta a que muy probablemente México compró menos materia prima y menos vacunas. 

Algunos más culparán a los padres, diciendo que debido a la pandemia no han llevado a los infantes a que se les aplique el refuerzo de las vacunas o, bien, que hay quienes han decidido ya no vacunar a sus pequeños. Si bien lo anterior es cierto en algunos casos, no acumula un tercio de la población necesitada de dichas vacunas. Y es que, de acuerdo con el informe de Finanzas Públicas de Hacienda (con corte al 31 de diciembre de 2020), presentado ante el Congreso de la Unión por Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México, S.A. de C.V. (Birmex), solo algo así como 67% de los infantes en edad de ser inoculados completaron su programa de vacunación en el 2020.

Con la decisión de la Secretaría de Salud de no aplicar inoculaciones, refuerzos, o permitir que los mismos se den en fechas fuera de lo programado, es fácil que se pierda la inmunidad de rebaño para ciertos padecimientos sujetos a la transmisión y al contagio.

Puede ser que en estos momentos no se alcance a vislumbrar el tamaño de la crisis de salud que se tendrá en el mediano y largo plazo. Pero llegará el momento en que las consecuencias de esta reducción en vacunación no se medirán solo en números; serán miles de vidas destrozadas por enfermedades que pudieron ser evitadas. Muestra de ello, desafortunadamente, es que este año ya se ha presentado un aumento en los casos de tuberculosis por el desabasto de la vacuna BCG.

Las vacunas son para proteger lo más preciado de cualquier país, sus infantes, que son su futuro. Si mismo en ellos la 4T ha decidido dejar su salud al azar, estamos contemplando uno de los peores crímenes de lesa humanidad perpetrados por quienes juraron cuidar y proteger a su población.

En este caso, los responsables directos son quienes desde la Secretaría de Salud estarían cercenando, a partir de sus decisiones, el futuro de miles de infantes. Y decir que la falta de vacunas para poliomielitis, meningitis y difteria no impactará en los niños, es tan falso como argumentar seguridad al no usar cubrebocas para hacer frente al covid. Me temo que un sombrío futuro nos espera a todos.

 

POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
lctl