MALOS MODOS

Tom Hanks le entra al western

Es el secreto de Hollywood, que le ha dado al arte más que todo el cine experimental del planeta, y es particularmente el secreto del género gringo por excelencia, el western, en el que acaba de incursionar el más gringo de los actores gringos, Tom Hanks

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Con frecuencia, tratar, sin más, de hacer cosas divertidas es un buen camino para crear obras que van mucho más allá de la diversión. Ese es el secreto de Hollywood, que le ha dado al arte más que todo el cine experimental del planeta, y es particularmente el secreto del género gringo por excelencia, el western, en el que acaba de incursionar el más gringo de los actores gringos, Tom Hanks. Por supuesto, decir “actor gringo” es un elogio.

Así lo entiende el director de Noticias del gran mundo (News from the World), Paul Greengrass, que en alguna entrevista se refirió a Hanks como a un James Stewart contemporáneo. Y sí. Hanks es el último gran bueno de Hollywood, en el sentido en que supieron serlo Stewart y Gregory Peck: buenos a cartas cabales, buenos con 100% de pureza, que sin embargo, de manera misteriosa, resultan convincentes. Por eso era el actor idóneo para una película que no es propiamente que se salte las últimas cinco décadas del western, esas décadas en las que se llenó de tenebra, de violencia, de escepticismo sobre la naturaleza humana, a la manera de la novela negra –algo hay de eso en este filme–, pero que prefiere dialogar con el western clásico, el que hicieron sujetos como Raoul Walsh, Howard Hawks y sobre todo John Ford, entre los últimos años 30 y los últimos 50.

Hay dos tipos de westerns. Uno es el claustrofóbico: un pueblo, una banda de malos que lo amenazan y un puñado de buenos que lo defienden. Otro es el western on the road: el wéstern viajero, el western en movimiento. A esta categoría pertenece Noticias…, que nos cuenta cómo Jefferson Kidd, un veterano de la guerra civil, se encuentra con una niña huérfana y decide llevarla a través de Texas con los restos de su familia. En el camino, además de esquivar peligros que Greengrass dirige con un realismo, ese sí, muy de western contemporáneo, sin el menor esteticismo, se ganan la vida, ex soldado y niña, leyendo periódicos de pueblo en pueblo, es decir, contando historias. Sobre todo, como supondrán, en el camino tejen una relación profunda, de padre e hija heterodoxos, como es propio de un hombre que viene de los horrores de la guerra y de una niña criada por la misma tribu que masacró a su familia.

¿Basta esa premisa para crear un clásico, un western de los que hacen escuela? No realmente. Hay aquí algo irremediablemente predecible. Pero Greengrass (Domingo sangriento, United 93) dirige con solidez y buen ritmo una película, como mandan los cánones de “las de vaqueros”, hecha de exteriores potentísimos –esa naturaleza tejana filmada, justamente, muy a lo John Ford–, y de interiores profundos, o sea personalidades cicatrizadas, particularmente la de un Kidd que, sí, Hanks construye con calificación de notable.

Buena peli para un fin de semana de ocio, sin duda. En Netflix.

POR JULIO PATÁN
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