MIRANDO A OTRO LADO

Gobernados por apariencias

Lo de la “inauguración” del aeropuerto de Felipe Ángeles fue el juego de espejos que  ganó la medalla de oro. El engaño proferido por el Presidente a la población no podía ser más grotesco

OPINIÓN

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Ricardo Pascoe Pierce / Mirando a otro lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Lo de la “inauguración” del aeropuerto de Felipe Ángeles fue el juego de espejos que  ganó la medalla de oro. El engaño proferido por el Presidente a la población no podía ser más grotesco. “El aeropuerto más grande del mundo”, “se inaugura un proyecto que le ahorró al país miles de millones de pesos” fueron solamente dos de las frases falsas que salieron del evento. Tres líneas aéreas de bajo costo aterrizaron en la pista militar como si fuera la inauguración real de un aeropuerto civil y comercial. Pero sabemos que no es así, porque esas pistas no tienen autorización de las instancias internacionales para recibir aviación comercial. Fue un evento que aparentaba ser una cosa (inauguración de un nuevo aeropuerto) cuando en realidad era otra cosa (inauguración de hangares de la Fuerza Aérea Mexicana). El teatro de engaño fue completo, con militares, jueces, gobernadores y miembros del gabinete federal presentes y aplaudiendo.

Este evento es el ejemplo más reciente de cómo la 4T gobierna a México por la vía de apariencias, al carecer de soluciones sustantivas a los problemas reales del país. También habla de la desesperación del Presidente por crear una narrativa-aunque sea falsa-como gobernante con logros positivos para el país, ante la proximidad de las elecciones de junio. Un vendedor de humo.

El problema es que las apariencias están detrás de todas las política públicas, en todos los terrenos y todos los temas. Veamos.

“El primer objetivo de mi gobierno es moralizar al país”. Dice tener la conciencia tranquila con los negocios de su prima. ¿Y los negocios de Bartlett, Eréndira y esposo, Nahle y compadre, Octavio Romero, su secretario particular, su vocero, su hermano, su cuñada y un largo etcétera? Encubre la corrupción que lo rodea y que, finalmente, lo envuelve y lo señala como el gran encubridor. Por eso tiene que decir semanalmente como rezo: “soy honesto”. Dime de qué presumes, y te diré de qué careces. El moralizador es el primero que debe ser moralizado.

Otro objetivo de su gobierno: la justicia. ¿Con presos políticos a quienes se les exprime para que delaten a otros? Robles, Lozoya, Ancira. Tres personajes corruptos acorralados por un sistema de justicia igualmente corrupto y corruptor. Y el gobierno que se sienta a acordar inversiones del sector privado, con expedientes del SAT y la UIF por delante. La UIF: ese instrumento que logra la renuncia de Ministros de la Corte. ¿Cuál justicia?

“Soy feminista” declara el Presidente igual de antifeminista que el resto de los Presidentes mexicanos, sin excepción. Su diferencia con los otros es que este presume ser feminista y se ha rodeado del feminismo burocrático del país. Ninguna de ellas protesta por la designación de un violador como gobernador de Guerrero de su partido. Mucho menos renuncian a sus cargos en la administración pública. La dignidad no llega a esos extremos. Se dice feminista mientras reduce o elimina todos los presupuestos que tengan que ver con la promoción de la igualdad sustantiva. Y ha ignorado las marchas y paros de mujeres más grandes en la historia del país. Lo salvo la pandemia...temporalmente.

Dice el Presidente que enviará una carta a los gobernadores para exigirles que no intervengan en el proceso electoral, y que él será observante de su conducta. ¿Cómo? Esto lo dice el Presidente que reclama que el INE le amordaza en su libertad de expresión porque habla de las elecciones y de la coalición opositora todos los días, en términos peyorativos (corruptos, mafias, etc). Además, ha creado un ejército electoral de más de 20 mil funcionarios públicos llamados Servidores de la Nación que operan desde su despacho y cuya función es promover el voto a favor de Morena el 6 de junio. La carta a gobernadores es una débil cortina de humo para encubrir su intervencionismo activo y permanente en el proceso electoral a favor de su partido. Apariencias versus realidad. Y el TEPJF está a punto de autorizar su intervencionismo, producto del trabajo corruptor del gobierno sobre el sistema de justicia.

Las prometidas, pero no existentes y menos aplicadas, vacunas antiCovid son otro ejemplo de las apariencias. El Presidente ha dicho varias veces que México es tomado como un ejemplo mundial (¡!) de eficacia en el combate a la mortal pandemia. No existe, por ningún lado, la posibilidad de sostener semejante opinión presidencial. La pandemia es una tragedia, mientras México entra en el segundo año del sufrimiento colectivo, con una falta de horizonte positivo, careciendo de vacunas y sintiéndose engañado con páginas web que no sirven porque no hay vacunas que respalden la promesa gubernamental de aplicarlas. La frustración es trágica. La irresponsabilidad gubernamental es letal. El Presidente dice que vamos muy bien, mientras los mexicanos nos morimos como moscas. El viernes 12 de febrero me llamar para decir que esté atento al aviso para acudir a la vacuna. Informaré cuando me hayan inoculado. 

El Presidente alaba las instituciones castrenses y afirma que el país saldrá adelante con ellas. Es lo que dice todo gobernante civil que, temiendo que se note su debilidad e incertidumbre, se escuda detrás de las armas del ejército. En tiempos de austeridad, el dinero público llueve sobre los cofres militares y los llena como nunca en su historia. Eso se llama miedo, aquí y en China. Miedo a la posible ira popular. Y eso que se supone que es un Presidente “popular”.

El Presidente siempre habla de respeto a la libertad. Dice que en México no se restringen las libertades. Por eso no insiste en usar cubrebocas, alegando que es decisión de cada quien. Pero cómo agrede y ataca a quienes lo critican o difieren de él en cuanto opiniones sobre políticas públicas. Ataca a intelectuales, académicos, periodistas, científicos, columnistas, articulistas y líderes ciudadanos por igual. No deja títere con cabeza. Desde el púlpito presidencial-es decir, desde la cúspide del poder político-ataca, agrede, acusa, amenaza, ofende y encarcela a quien se deja. Es una idea bastante curiosa la que tiene el Presidente de la libertad. Puede difamar, pero él agrede a quienes lo critican. Y agrede con el poder del Estado: con el ministerio público, el SAT, la UIF, las Fuerzas Armadas o el hostigamiento público, el cese laboral y más. ¿De qué libertad estamos hablando? Es ilusoria esa libertad a la que se refiere el Presidente. Ilusoria y fugaz.

Ahora el Presidente ha creado 12 nuevas celebraciones patrias. Está desesperado por impresionar a propios y extraños con festejos suntuosos a pesar de la austeridad republicana, en un país lleno de muerte, enfermedad, desempleo y tristeza. Nadie ve con alegría o credibilidad  estos festejos, excepto sus corifeos (los mismos que estuvieron con él en la inauguración de unos hangares militares). Incluso se ha aventado la puntada de inventar la fecha de la fundación de Tenochtitlán para que coincida con sus festejos en 2021. Durarán del 14 de febrero hasta el 27 de septiembre. Debemos preguntarnos:¿en cada evento habrá un minuto de silencio por los muertos de COVID y la violencia del narcotráfico?    

Envuelto en la bandera nacional y con retórica nacionalista inflamatoria, el Presidente le exige a sus bancadas en el Congreso de la Unión a aprobar la iniciativa preferente de ley sobre la industria eléctrica, que le garantiza al Estado el monopolio del sector. Es una visión no solo estatista sobre la electricidad y, eventualmente, el petróleo, sino profundamente retrógrada, al rechazar el desarrollo de energías renovables en la generación eléctrica, que son mundialmente reconocidas como el futuro, en vez de las fuentes no-renovables como combustóleo y carbón. Justifica la regresión con retórica nacionalista. Una vez más, las apariencias “nacionalistas” para defender dislates de la gobernabilidad.   

Todos estos ejemplos señalan a un gobierno que se mueve entre grandes fracasos y errores de visión, creando a cada paso justificaciones ilusorias para atemperar críticas y mantener a su base social con expectativas de que habrá cosas buenas más adelante.

Estamos gobernados por apariencias. Las bolas de humo servirán hasta que se imponga la realidad.

POR RICARDO PASCOE PIERCE
RICARDOPASCOE@HOTMAIL.COM
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