Durante 2021, la política exterior mexicana mostró dos corrientes paralelas pero íntimamente ligadas: mantener una buena relación con Estados Unidos, el principal socio comercial y factor geopolítico de su realidad y, el otro, trabajar en una relación con América Latina con la idea de convertirse en el Estado "bisagra" entre ambas partes.
De acuerdo con por lo menos una interpretación, el gobierno mexicano planteó prácticamente a Washington una alianza continental frente a competidores extrarregionales —específicamente China— a cambio del respeto a la autonomía política de los países latinoamericanos y caribeños.
En julio pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso que “hay que hacer a un lado la disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos o de oponernos en forma defensiva. Es tiempo de expresar y de explorar otra opción: la de dialogar con los gobernantes estadounidenses y convencerlos y persuadirlos de que una nueva relación entre los países de América es posible".
De hecho, propuso construir "algo semejante a la Unión Europea".
Según el Centro Estratégico Latinoamericano de Análisis Geopolítico (Celag), "América Latina convive con el indiscutible poderío comercial y financiero de China, el peso político mundial de Rusia, la emergencia imparable de otros países asiáticos como Indonesia e India, así como el declive cada vez más marcado de la hegemonía estadounidense".
Eso, añadió, "abre nuevas oportunidades de alianzas y acuerdos que el progresismo deberá aprovechar para minimizar la capacidad intervencionista de Estados Unidos en nuestra región y adquirir una mejor capacidad de negociación, especialmente si lo hace de manera integrada".
En ese marco, el gobierno mexicano revitalizó en 2020 la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), una organización creada hace una década y que de acuerdo con el Celag, es la única instancia regional que no perdió solvencia en los últimos años, "particularmente para avanzar en materia de soberanía sanitaria y defensa irrestricta de los derechos humanos, aspectos que muestran grandes debilidades en este momento de crisis".
El análisis puede estar sesgado. El Celag es un centro de ideas y asesorías que comparte algunos miembros con el Grupo de Puebla, ha sido vinculado con el movimiento español Podemos, y su presidente, Alfredo Serrano, dio consejo político al gobierno de Hugo Chávez, en Venezuela, y al presidente Alberto Fernández, en las últimas semanas de la campaña legislativa argentina.
A su vez, el Celac, creado en 2010, pareció aletargado entre 2014 y 2019, hasta que México buscó la presidencia del grupo y le dio un nuevo impulso en 2020, aunque Brasil lo abandonó al considerar que daba voz a gobiernos dictatoriales de izquierda.
Celac debía estar ahora encabezada por el presidente argentino Alberto Fernández, pero su asunción en septiembre fue frustrada por la derrota electoral del peronismo.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1
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