COLUMNA INVITADA

Aspiraciones pequeñas

Es necesario que el gobierno solo sea árbitro y no jugador; gestor de oportunidades, no protagonista

OPINIÓN

·
Georgina Trujillo / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La pandemia parece tener un horizonte cada vez más claro con el avance de la vacunación en los países más desarrollados y la aparición de las nuevas píldoras anti-Covid. Se comienzan a observar patrones de recuperación económica y ya podemos hablar de una vuelta paulatina a la normalidad a medida que se recuperan las cadenas de suministro.

Desafortunadamente México va en la dirección contraria al resto del mundo, los resultados del tercer trimestre reportaron una caída de 0.2 por ciento del Producto Interno Bruto. La mala gestión de la pandemia -sobre todo durante las campañas electorales- desataron una ola de contagios que contribuyó en gran medida al estancamiento.

Para nuestra economía nunca hubo un plan, mucho menos apoyo. Hoy encabezamos la deshonrosa lista de países emergentes con más salidas de capitales, mientras el Poder Ejecutivo continúa su discurso de polarización.

La Bolsa Mexicana de Valores refleja claramente la situación. Desde el año pasado no se registran nuevas empresas cotizando en bolsa. El 70 por ciento del valor total del mercado en la BMV se concentra en 35 de 145 empresas listadas.

Aunque se registran ganancias, están en pocas manos: signo inequívoco de la creciente desigualdad económica que confirma el INEGI en sus estudios. Los inversionistas liquidan bonos del tesoro, cierran posiciones y se mudan a otros mercados porque no encuentran rendimientos tan atractivos en México.

Si el presidente y su partido continúan enfrascados en la satanización del capital privado -al menos del capital que no pertenece a los amigos cercanos- seguiremos viendo solo de lejos una recuperación económica post-covid y perderemos oportunidades para que seamos un referente de liderazgo internacional.

Debe haber un plan. Programas de capacitación para emprendedores, educación financiera accesible para todos, fideicomisos para el fortalecimiento de nuevos nichos económicos, estrategias de sectorización industrial, incubadoras de empresas tecnológicas e impulso a nuevos modelos de negocio.

Es necesario que el gobierno solo sea árbitro y no jugador; gestor de oportunidades, no protagonista. Sin embargo, este presidente quiere que su gobierno, y en particular el ejército, sean el ajonjolí de todos los moles.

El mundo va en la dirección de las tecnologías financieras, las criptomonedas, la democratización del trading, la ciencia de datos, la manufactura de microchips, las energías renovables y el metaverso del internet.  Mientras tanto, nuestro gobierno quiere producir electricidad quemando combustóleo y pretende crear empleos con un opaco programa de siembra de árboles frutales.

En algún punto se tiene que tener la voluntad de actualizar las ideas y mirar hacia el futuro. Resulta triste ver al presidente desperdiciar tiempo diario emitiendo opiniones de todo y sobre todos, pero son pocas las acciones y poquísimos los resultados.

Con la misma creatividad que tiene para inventar apodos a opositores imaginarios y lanzar frases populacheras, debería construir fundamentos tangibles para nuestro país. En cambio, las aspiraciones nacionales han sido tan pequeñas, que ya muchos dan todo por perdido y solo piensan en la sucesión presidencial.

POR GEORGINA TRUJILLO

COLABORADORA

@GINATRUJILLOZ

PAL