DESDE AFUERA

Buenas ideas, ¿foro erróneo?

En las palabras del mandatario mexicano, la ONU jamás ha hecho algo "realmente sustancial" en beneficio de los pobres

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Tal vez lo mejor que podría decirse del discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es que se dio en el foro equivocado.

Habría que recordar que se trata de un órgano político en un organismo burocratizado, en el que cinco países (China, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia) tienen el poder real, y que esas naciones se encuentran inmersas en juegos de poder ideológicos y geopolíticos que excluyen visiones idealistas.

El discurso no fue malo, y tan bien intencionado como puedan ser las iniciativas basadas en una visión moralista, misionera incluso, del mundo y sus realidades. Nada malo con eso ciertamente, aunque haga recordar aquel slogan del mayo francés: "pidamos lo imposible".

López Obrador anunció que en la próxima Asamblea General de la ONU, México propondrá el "Plan Mundial de Fraternidad y de Bienestar", con la meta de mejorar la situación de aquellos  que sobreviven con menos de dos dólares diarios.

Pero apelar a la generosidad de las potencias no es exactamente realista, por más que sus cuentas indiquen que bastaría con una aportación de 0.02 por ciento del Producto Interno Bruto y un impuesto especial a la riqueza desmedida.

En las palabras del mandatario mexicano, la ONU jamás ha hecho algo "realmente sustancial" en beneficio de los pobres. Tiene razón. Pero no ha sido por falta de propuestas.

Sólo en el caso mexicano vienen a la memoria la "Carta de Derechos y Deberes de los Estados" que en su momento propuso Luis Echeverría o el diálogo entre países desarrollados y en desarrollo que promovió José López Portillo.

Pero no hay puntos de comparación. Son otros tiempos. Los mundos y los Méxicos en que se desenvolvieron esos presidentes eran diferentes a los que hoy enfrenta López Obrador.

La propuesta contra la pobreza y la corrupción pudo haber tenido un mejor foro en el G20, el Grupo de las 20 mayores economías mundiales, que hace dos semanas se reunió en Roma , y tal vez incluso en la COP26, la conferencia mundial sobre el cambio climático, en Glasgow, toda vez que había muchos jefes de estado y de gobierno, empresarios y activistas interesados y que a gustar o no, la corruptela es un elemento importante en acciones que afectan al medio ambiente.

A la audiencia del Consejo de Seguridad de la ONU fueron diplomáticos y burócratas de alto nivel, distinguidos incluso, pero con márgenes de acción y decisión muy acotados.

López Obrador aprovechó también para criticar al COVAX, la agencia de la ONU creada para resolver el tema de vacunas y cuyas limitaciones dejaron pendientes tantas esperanzas durante la pandemia de COVID-19.

El hecho es que bien pudo y tal vez debió señalar y recordar que el principal problema del COVAX es el mismo que a mayor escala enfrenta la ONU: la voluntad de sus miembros para hacer algo más que hablar y verdaderamente enfrentar los problemas mundiales. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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