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El futuro del PRI

El PRI ha decidido vender caro su amor a Morena para que se apruebe la Reforma Eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador

OPINIÓN

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Carlos Zúñiga / Acceso Libre / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

El PRI ha decidido vender caro su amor a Morena para que se apruebe la Reforma Eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Con ello, pone en riesgo su alianza electoral con el PAN y el PRD y, en medio de todo esto, define su propio futuro. AMLO fue muy claro desde junio, apenas se terminaron de conocer los resultados de la elección intermedia.

Para obtener la mayoría calificada necesaria para llevar a cabo reformas constitucionales, comenzó a hacerle llamados al tricolor. “Si se quisiera tener mayoría calificada, se podría lograr un acuerdo con legisladores del PRI, o de cualquier otro partido, pero no se necesitan muchos para la reforma constitucional”.

El mensaje se volvió advertencia a lo largo de toda esta semana. El tiempo llegó y la alianza opositora fue puesta a prueba muy rápido. Apenas a un mes de entrar en funciones, ya hay emplazamientos entre los partidos que la integran; también mensajes en público para conminarlos a reflexionar, pero en privado se han dado encuentros con conversaciones por lo menos tensas.

Y dentro del PRI, visos de fractura. En el senado, el bloque Claudia Ruiz Massieu, Miguel Ángel Osorio Chong y Manuel Añorve han sido claros en que no apoyarán las modificaciones constitucionales. Del lado de la Cámara de Diputados, el líder nacional Alejandro Moreno y su coordinador Rubén Moreira dijeron que no se someterán a presiones y decidirán su postura en sus tiempos, y no los que le establezca el gobierno federal.

A juzgar por lo que han calibrado las empresas generadoras de energía, el PRI cederá. Pero para hacerlo, el partido tendría que cambiar sus propios estatutos, los cuales impiden a los militantes respaldar “intentos de proteccionismo económico y les ordenan impulsar la apertura del mercado energético, así como fomentar las energías limpias”.

Ante esto, se asoman dos escenarios: que el partido cambie sus propias bases políticas o que sepa sacarles la vuelta para apoyar la iniciativa presidencial. De un mismo ADN, tanto PRI como Morena, dirían que cumplieron con sus bases y el país. Pero dentro del partido hay un ala moderada que ve con preocupación los pasos a seguir por su dirigencia.

Consideran que parte de la población terminaría de darles la espalda, sobre todo un electorado joven, desencantado con las acciones del gobierno de AMLO, pero comprometidos con un futuro más verde. Las encuestas para las elecciones de seis gubernaturas el próximo año son nada prometedoras para los priistas.

Perderían Hidalgo y Oaxaca y llegarían muy disminuidos en 2023 a pelear su último bastión, el Edomex. El PRI se juega su futuro y, con ello, el de una generación, que no verá las consecuencias de esta reforma de gran calado hasta pasada una década. Mucho peso para una minoría política.

POR CARLOS ZUÑIGA PÉREZ

@CARLOSZUP

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