COLUMNA INVITADA

El Secreto

Lo hacen con convicción, vocación y orgullo. Ningún otro país del mundo ha desarrollado una diplomacia consular más imaginativay de resultados que las y los cónsules mexicanos en Estados Unidos,en beneficio de millones de compatriotas

OPINIÓN

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Miguel Ruiz Cabañas Izquierdo / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

El 24 de octubre se conmemoró el 76 aniversario de la fundación de las Naciones Unidas, porque ese díaentró en vigor su Carta constitutiva. En esa fecha también se celebra el Día Internacional de los Diplomáticos, esas personas que persiguen los intereses de su propio país, pero que en muchas ocasiones también creancondiciones y acuerdos que promuevan la paz y la seguridad, el respeto a los derechos humanos, la igualdad de género,y un desarrollo sostenible que garantice la sobrevivencia del planeta, nuestra casa común.

De acuerdo con el artículo 1 de la ley del Servicio Exterior Mexicano (SEM), éste “es el cuerpo permanente de servidores públicos, miembros del personal diplomático del estado, encargado de representarlo específicamente en el extranjero, responsable de ejecutar la política exterior de México, de conformidad con los principios normativos que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.

El SEMes un cuerpo civil, de carrera, equiparable a nuestras fuerzas armadas.Nació con la República y, al igual que ellas, ha evolucionado con la historia nacional. Actualmente, es un órgano relativamente pequeño, de sólo 1250 profesionales, la mayoría altamente calificados, que ingresaron al Servicio por medio de exámenes públicos muy competidos. De hecho, el SEM no ha crecido en los últimos cincuenta años, a pesar de que en ese periodo el país ha multiplicado sus contactos internacionales, y recientemente se le asignaron nuevas responsabilidades en materia de promoción económica y turística, al desaparecer las instancias que se ocupaban de esas tareas.

Pero a los miembros del SEM de carrera los caracteriza su vocación de servicio, su amor a México, y su entrega permanente a promover los intereses del país, y la defensa sin distinción de los derechos de todos los mexicanos en el extranjero que lo requieran. En su nombre, lleva su vocación: servir, en el exterior, a México y a los mexicanos.

Corresponde  al Presidente dirigir la política exterior, y nombrar a todas y todos los embajadores y cónsules que representan al país en el extranjero. Así lo dispone el artículo 89 de la Constitución. En pleno uso de esa facultad, en el pasado muchos presidentes nombraron a mexicanas y mexicanos que no eran miembros del Servicio Exterior,al frente dealgunas embajadas y consulados,dondelos más capacesrealizaron contribuciones valiosas.

México cuenta con un Servicio Exterior de excelencia, que desde hace muchas décadas ha hecho contribuciones notables al país. Con recursos muy escasos, todos los días, de lunes a lunes, los 50 consulados de México en Estados Unidos dan una lucha intensa para defender los derechos e intereses de los mexicanos en ese país. Todos los días expiden miles de documentos de identidad, pasaportes, actas de nacimiento y matrimonio.  Proporcionan orientación, protección y servicios sociales a connacionales que lo necesitan, especialmente en esta difícil etapa de la pandemia. Lo hacen con convicción, vocación y orgullo. Ningún otro país del mundo ha desarrollado una diplomacia consular más imaginativa y de resultados que las y los cónsules mexicanos en Estados Unidos, en beneficio de millones de compatriotas.

Los diplomáticos mexicanosson herederos de las mejores tradiciones libertarias. Desde luego,siempre están a favor de su partido, que es México. Matías Romero defendió a Benito Juárez en las circunstancias más adversas, logrando apoyo internacional para la causa de la República. Isidro Fabela y Genaro Estrada formularon los principios de política exterior con los que Carranza y Cárdenas defendieron a la Revolución Mexicana. Jaime Torres Bodet, Luis Padilla Nervo, Manuel Tello Baurraud y Rafael De La Colina, entre muchos otros, le dieron consistencia y prestigio a nuestra diplomacia durante la larga noche de la Guerra Fría.Jorge Castañeda Álvarez De La Rosa y Bernardo Sepúlveda desarrollaron una diplomacia de gran dignidad, que contribuyó a evitar una guerra en Centroamérica, y convirtió a México en un interlocutor regional indispensable.

La diplomacia mexicanaha sabido promover las grandes causas a favor de la humanidad. Alfonso García Robles, Premio Nobel de La Paz, dio dirección a la lucha internacional contra las armas nucleares. Miguel Marín fue el arquitecto del Tratado para poner fin a los ensayos nucleares, y Jorge Lomónaco y María Antonieta Jaquez fueron líderes en la elaboración del Tratado de Prohibición de esas armas. Sergio González Gálvez fue el arquitecto de la primera convención internacional contra el tráfico ilícito de armas, que concretó la Embajadora Emérita, hoy nuevamente Subsecretaria, Carmen Moreno.

Pablo Campos Ortiz, Amalia Castillo Ledón, Antonio González De León, Rosario Green, Aída Gonzálezy, nuevamente, Jorge Castañeda Álvarez De La Rosa, entre otros, inscribieron a México en la corriente mundial a favor de los derechos humanos, y la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, contribuyendo a ampliar las libertades y el desarrollo político interno.Luis Alfonso De Alba rediseñó el sistema internacional de protección de esos derechos. Joel Hernández y Socorro Flores, comprometidos e independientes,se sumaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la Corte Penal Internacional.

Antonio Ortiz Mena, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Jorge Eduardo Navarrete, Angel Gurría, Alicia Bárcenay muchos otros, en trincheras muy diferentes, hicieron valiosas contribuciones al desarrollo regional e internacional. Patricia Espinosa, reconocida como una de las figuras internacionales contra el cambio climático más destacadas, dirige la Oficina de la ONU encargada del tema, ytiene a su cargo la organización de la conferencia más importante de muchos años, la Cop26, que el próximo 1 de diciembre iniciará en Glasgow.

Grandes escritores representaron a México en diversas embajadas y consulados, como Octavio Paz, quien también fue Premio Nobel de Literatura, Alfonso Reyes, Sergio Pitol, Carlos Fuentes y Rosario Castellanos, entre muchos otros.Todos eran ciudadanos sobresalientes cuando ocuparon un cargo diplomático. Dieron brillo a la presencia de México en el mundo.

Un requisito fundamental para el desarrollo nacional es aprovechar las oportunidades del escenario mundial y, al mismo tiempo, minimizar los riesgos y amenazas que puedan surgir.En el mundo actual, lasnaciones más exitosas cuentan con una diplomacia que no depende de los vaivenes de su política interna,y se ejecuta con cuerpos profesionales calificados. Disponer de esa herramienta es uno de los secretos mejor guardados del éxito alcanzado este siglo por naciones tan diversas como Australia, China, Canadá, Corea, los Emiratos Árabes, Israel, Rusia, Turquía o Singapur. En el siglo pasado, Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, o el Reino Unido también lograron grandes avances en su desarrollo porque conocían, y supieron aplicar,el mismo secreto.Si México desea obtener el mismo éxito, requiere de una diplomacia profesional,asertiva, imaginativa, propositiva, preventiva y audaz.

POR MIGUEL RUIZ CABAÑAS ES PROFESOR Y DIRECTOR DE LA INICIATIVA SOBRE LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE EN EL TECNOLÓGICO DE MONTERREY

@miguelrcabanas

miguel.ruizcabanas@tec.mx

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