COLUMNA INVITADA

Entendimiento Bicentenario: Hacia una moderna concepción de soberanía

El Entendimiento Bicentenario tiene objetivos fijos: trabajo en conjunto para investigar y perseguir la delincuencia organizada en ambos países

OPINIÓN

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Manelich Castilla / Colaborador / Opinión El Heraldo de México

Felipe González, artífice del llamado “milagro español” y a quien correspondió la incorporación de su país a la Unión Europea siendo Presidente, ha referido que la soberanía debe reinterpretarse a la luz de la necesidad de integración política y económica.

La soberanía no debía ser planteamiento ideológico; puede “cederse” en la medida que beneficie a las partes con quienes se pretende establecer una alianza, sin que ello implique intervencionismo ni violación a la facultad de autogobernarse propia de una nación independiente. “Ceder soberanía para compartir, ésa es la idea básica”, señala convencido Felipe González.

A propósito del Entendimiento Bicentenario que sustituye a Iniciativa Mérida, a lugar algunas reflexiones: El presidente López Obrador ha sido firme en su postura de “defender la soberanía nacional”. Pensar la soberanía bajo un esquema tradicional, desestimando nuevas formas de ejercerla, puede afectar ciertos ámbitos del Estado, como la seguridad pública.

Una nueva visión de soberanía comienza con admitir la necesidad de cooperar con las naciones del mundo para alcanzar objetivos comunes. Por eso, todo discurso que considere un atentado a la soberanía la participación de instancias de seguridad de forma transnacional incumple las mejores prácticas contemporáneas.

Las reglas de cooperación obran en diversos instrumentos internacionales, como la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, “Convención de Palermo”, firmada en el año 2000, y de la que México es parte. En dicho instrumento se asume el compromiso de trabajar en cada uno de los rubros que en días pasados se anunciaron como novedosos en el Entendimiento Bicentenario, entre ellos el tráfico de armas y la trata de personas, por citar algunos.

El Objetivo III del Entendimiento es “Perseguir las redes criminales”, lo que implica, de acuerdo con el texto difundido por la Cancillería: “Reforzar la capacidad de los actores del sector de seguridad y procuración de justicia para investigar y perseguir a la delincuencia organizada: trabajar en conjunto para investigar y perseguir la delincuencia organizada en todas las áreas y en ambos países mediante la creación de capacidades compartidas y mejorar el sistema de rendición de cuentas; promover la cooperación entre la policía, investigadores, analistas y fiscales; garantizar que los tribunales apoyen a las víctimas y preserven sus derechos humanos y civiles; y aumentar la cantidad de personal dedicado enfocado a atender los casos de OCTs; y garantizar sistemas de justicia sólidos y en pleno funcionamiento mediante asociaciones y creación de capacidades”.

Esa era la esencia de Iniciativa Mérida y también de la referida Convención de Palermo. En suma, cumplir los objetivos del Entendimiento Bicentenario es asumir nuestro compromiso internacional.

Para ello, se requiere un viraje en el discurso de defensa de la soberanía, y colaborar eficazmente con las agencias de los Estados Unidos y del mundo. No es prerrogativa, es obligación.

Por el bien de México, que se cumplan sus metas y objetivos. Que se aterricen en acciones lo que en el Entendimiento Bicentenario son, por lo pronto, meras intenciones.

POR MANELICH CASTILLA

COLABORADOR

@MANELICHCC

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