CAMPUS

¿E Pluribus Unum?

La democracia estadounidense está en riesgo y no es descabellado que en un futuro cercano presenciemos una ola de violencia política desconocida para la generación X

OPINIÓN

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Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El miércoles, en su conferencia matutina, el presidente AMLO lamentó no haberse despedido de su amigo Donald Trump. Y mientras le deseaba suerte a su sucesor, Joe Biden, reiteró su postura diplomática frente al vecino del norte: “¡No! México es un país libre, soberano, no somos colonia de nadie, con todo respeto, no somos Estado Asociado”.

Jugando a ser ajeno a los problemas que vive el vecino del norte, el presidente de México sigue atizando las brasas de la división estadounidense: insiste en celebrar y aplaudir a Trump. No se da cuenta de que el riesgo más grande que enfrentará la administración Biden es la amenaza secesionista de la ultraderecha republicana.

El 6 de enero presenciamos la frustración y descontento de las milicias de rednecks que han sido apartados de la modernidad y que sentaron en Trump sus esperanzas de un porvenir alentador. Grupos que no desaparecerán pronto de la escena pública.

La democracia estadounidense está en riesgo y no es descabellado que en un futuro cercano presenciemos una ola de violencia política desconocida para la generación X. Los escenarios pueden oscilar entre actos de terrorismo disperso: asesinatos, atentados y secuestros, hasta un movimiento de baja intensidad como The Troubles en el Reino Unido.

Los medios afines a Trump han utilizado los recursos a su alcance para promover la idea de que los estados republicanos tendrían que abandonar la Unión. En los últimos meses, el nacionalismo trumpista ha transitado a un abierto separatismo. Este sentimiento se exacerba en estados como Texas y es uno de los temas recurrentes en redes como Parler.

Los republicanos más radicales, desde Texas hasta la cordillera de los Apalaches, pueden convertirse en el conflicto que desestabilice a la administración de Biden. Después de la elección de Obama en el 2012, cientos de miles de estadounidenses firmaron la petición de WhiteHouse.gov para separar a Texas de Estados Unidos y el movimiento Calexit ha tomado una fuerza inusitada en los últimos meses.

Esta reacción secesionista evidencia las divisiones identitarias en las que está cimentada la politeia estadounidense y cuestiona el mito de su excepcionalidad. Junto a la idea de Louis Hartz de que el liberalismo está incrustado en la psique estadounidense y que ninguna idea exógena al pensamiento lockeano puede florecer en Estados Unidos, la insurrección redneck nos debe de alertar del futuro democrático de nuestro vecino del norte. De la estabilidad de Estados Unidos depende también el futuro de las pulsiones dictatoriales del lopezobradorismo. Mi generación creció pensando que como México no hay dos.

POR ALEJANDRO ECHEGARAY
POLITÓLOGO
@AECHEGARAY1