MALOS MODOS

Desactivar la cultura

El gobierno federal ha encontrado últimamente eso, mucho ruido, entre la gente dedicada al arte y en general a la cultura

OPINIÓN

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Julio Patán/ Malos modos/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Según una conversación guatsapera que se filtró, algunos funcionarios de la Secretaría de Cultura entienden que entre sus funciones está la de “desactivar” a determinados “colectivos” artísticos, colectivos a los que les da por “hacer ruido”. 

Pasa que sí, el gobierno federal ha encontrado últimamente eso, mucho ruido, entre la gente dedicada al arte y en general a la cultura. La razón es inapelable: se le da bien lo de “desactivar”, yo diría que obscenamente bien, cuando muchas de las personas dedicadas a esos menesteres, por razones que encuentro misteriosísimas, le dieron su apoyo a este régimen con la certeza de que íbamos a entrar en una especie de Edad de Oro artístico-cultural. Y, como era previsible, no. Todo lo contrario. Este gobierno, de entrada, puede ser muy peñanietista: si falta lana, recórtale al sector. Pero hay más. El peñanietismo le daba a Cultura una amplio margen de maniobra, siempre que no quisiera más billete, por una razón: ese mundo le resultaba ajeno y aburrido. En esta administración pasa lo mismo, con una diferencia: lo ajeno es, sin excepciones, percibido como hostil. Así que han decidido hacerlo pedazos, o sea desactivarlo, y van bien.

De entrada, a los recortes se suma, sí, lo de los fideicomisos. ¿Se acuerdan de las acusaciones de corrupción? No han documentado una sola. Pero la masacre ahí queda. En su última columna, Juan Villoro hace un recuento de los daños causados al mundo cultural por este gobierno. Es incontestable, pero ni la escritura compactísima y elegante de Juan puede dar cuenta del total de los destrozos en el acotado espacio de un artículo.

¿El Fonca? Era discutible, sin duda, pero lo digo de nuevo: bajo esta administración, puedes contar con que el dinero se usará, sin excepciones, de peor manera. ¿El teatro? Siempre frágil, pero vivo y activo en los últimos años, probablemente rondará o entrará de lleno a la inviabilidad, como por ejemplo la danza. ¿El cine? Otro tanto. Porque, en adelante, del poco dinero que haya te puede llegar un poquísimo, pero eso dependerá exclusivamente de la voluntad del gobierno. Lo que hace muy probable que el precio a pagar por ese poquísimo dinero sea comportarte como, digamos, Damián Alcázar, es decir, como el Lord Molécula del gremio.

Sí, está ruda la desactivada. ¿Es responsabilidad de la Secretaría de Cultura? No realmente: para entender lo que pasa, como con tantas cosas, hay que voltear hacia arriba. Porque lana hay, todavía. Nada más que se invierte en obras grandotas, como lo de Chapultepec, para inmortalizar esta maravilla de administración, o en arrebatos kitsch como el del 20 de noviembre, con esas representaciones de batallas que incluían camarógrafos disfrazados de indígenas.

Lo de los funcionarios de ese chat es, en realidad, de una contundente pequeñez.

POR JULIO PATÁN
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