COLUMNA INVITADA

2020: El año que reinvindicó la ciencia en la política

La pandemia por COVID-19 demostró la necesidad de la ciencia, los datos y la técnica

OPINIÓN

·
Guillermo Lerdo de Tejada / Columna Editorial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Durante los últimos años, la ciencia y la técnica como herramientas para ejercer el gobierno han estado bajo ataque. En todo el mundo, políticos populistas han tratado de desacreditar a científicos y especialistas, así como los datos y la investigación que producen. En su lugar, los populismos aseguran que debe gobernarse a partir de dogmas ideológicos, instintos y sentimientos.

En México, a la comunidad científica y a los servidores públicos con conocimientos técnicos se les presenta como parte de una mafia neoliberal, sin conexión con el pueblo, cuyo trabajo debe ser reemplazado con militantes que ofrezcan lealtad ciega a una persona y un partido.

El 2020 desnudó la falsedad y las terribles consecuencias de esta visión del gobierno. La pandemia por COVID-19 demostró la necesidad de la ciencia, los datos y la técnica. No es coincidencia que los países que le hicieron caso a los especialistas hayan logrado mejores resultados que aquellos en los que se decidió ignorarlos. En México, desafortunadamente, nuestro gobierno optó por desoír a la ciencia y manipular los datos políticamente; esa negligencia criminal nos mantiene entre los primeros lugares de contagios y muertes.

Lo mismo es cierto para la crisis económica resultado de la pandemia: donde se les hizo caso a los especialistas, se tomaron decisiones para implementar paquetes de ayuda a la población, de forma que se aminoraran los peores efectos. Donde se actuó desde la ideología, como en México, la pérdida de empleos y el quiebre de empresas fue mucho mayor.

El 2021 las mexicanas y mexicanos tendremos que tomar una decisión trascendente: refrendar u oponerse, mediante nuestro voto, a la forma de gobierno que desprecia a la ciencia en nombre de la lealtad partidista y rechaza el conocimiento para sustituirlo por la propaganda. A la luz de sus resultados, esa manera de ejercer el poder ha quedado desacreditada por la cruda realidad. No obstante, exhibir al populismo no es suficiente: resulta indispensable ir a las urnas y desde ahí construir una nueva mayoría democrática que sea contrapeso a la demagogia.

El próximo año no podemos olvidar las lecciones de 2020. Y es que al final, al mundo no lo va a salvar la ideología, sino las vacunas. El desarrollo de la vacuna ha sido precisamente una reivindicación del conocimiento frente a la ignorancia. Ahora, todo el complejo proceso de distribución y aplicación volverá a exigir personal especializado, no propagandistas. Recordemos, además, que quienes nos han estado en la primera línea de batalla, el personal médico y de enfermería, son servidores públicos caracterizados por su conocimiento especializado, no por su lealtad partidista.

La conclusión es clara: no necesitamos un gobierno de militantes dogmáticos, sino de servidores públicos competentes; menos discursos retóricos y más datos y ciencia; menos caprichos paternalistas y más políticas públicas. Está en nuestras manos dar un golpe de timón en la conducción del país, ejerciendo como ciudadanos un voto informado, democrático y en favor del conocimiento que le cierre el paso a la ignorancia.

POR GUILLERMO LERDO DE TEJADA SERVITJE
DIPUTADO CIUDADANO EN EL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO
@GUILLERMOLERDO