DESDE FUERA

¿Nuevo embajador para una nueva "sana distancia"?

Pero es también una figura polémica por su relación con las empresas del influyente empresario Ricardo Salinas Pliego

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

El eventual relevo de la embajadora Martha Bárcena nunca ha tenido un puesto diplomático, y el anuncio de su designación pareció faltar a la protocolar solicitud previa del beneplácito del país anfitrión, cuyo gobierno está en proceso de cambio, tras las elecciones del 3 de noviembre.

El presunto embajador tiene una reputación propia, además de una larga serie de vínculos familiares, políticos y empresariales que lo hacen un interlocutor de peso: el aún Secretario de Educación encabezó antes, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, las Secretarías de Desarrollo Social y de Gobernación (a la que renunció en 1995 luego de la polémica imposición de Roberto Madrazo en las elecciones de Tabasco en 1994, contra AMLO), amén de unos meses como senador de la República.

Y sus 16 años al frente de la Fundación Azteca, el rostro de beneficencia de las empresas de Salinas Pliego, le dan un vínculo con varios de los principales empresarios de México.

Tiene pues los antecedentes que le permitirán operar una relación complicada por las expectativas de roces con el gobierno del aún presidente electo Joe Biden, debido en gran medida a agendas divergentes.

Seguridad, energía y medio ambiente, son temas importantes en la agenda del próximo presidente de los Estados Unidos, y en las que hay de entrada posturas encontradas.

La propuesta de ley para controlar el comportamiento de agentes de policía extranjeros es considerada por el gobierno estadounidense actual como negativa, sobre todo ante la opinión el lado estadounidense se considera como debilidad institucional del gobierno mexicano ante grupos de crimen organizado.

Las posiciones del gobierno López Obrador sobre energía, que incluyen revitalizar la industria petrolera y la extracción de carbón a costa de limitar la generación de energía mediante recursos renovables y la inversión privada, parecen chocar con las de Biden, que promueve la sustitución del uso de combustibles fósiles. 

Están además las preocupaciones de legisladores demócratas sobre la observancia de disposiciones de medio ambiente y temas laborales incluidas en el Tratado México-Estados Unidos-Canadá. Igualmente, en temas como derechos humanos, en especial feminicidios.

Moctezuma tendrá la encomienda de mantener buenas relaciones sociales y económicas con los Estados Unidos, pero también una "sana distancia" política, como trasluce la carta que el presidente López Obrador envió esta semana a Biden para felicitarlo –al fin– por su elección.

La embajada de México en Washington es tradicionalmente una posición del Presidente y el anuncio del miércoles lo confirma.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1