De Leyenda

El peor de los males

Cruz Azul volvió a las andadas y dejó escapar una ventaja amplia y quedó eliminado por parte de los Pumas en medio del ridículo.

El peor de los males
Gustavo Meouchi De Leyenda Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Cuando Pandora abrió su caja y todos los males se repartieron por el mundo Esperanza se quedó al final.

Pandora, aterrada, cerró la caja antes de que ella pudiera salir. Desde entonces se ha debatido mucho sobre la naturaleza dual de este sentimiento. Creo que la afición del Cruz Azul tiene una respuesta clara.

Sí, lo sabíamos, este no era nuestro año, ni nuestro torneo. Tuvimos un inicio prometedor, como tantos otros antes, y nos negamos a engancharnos con ello. No, esta vez no pasaría. Seguíamos fieles, seguíamos ahí, apoyando, pero nos reusábamos a dejar que la emoción se desbordara; conforme los años y los torneos pasan, es mucho más fácil, y mucho más triste.

Luego, el mundo empezó a mostrar lo que cada vez más se reafirma como su balance natural y el desempeño del equipo cayó. Calificamos a la Liguilla por puntos y ya estaba, la confirmación final que aceptamos sin más.

Es 3 de diciembre, es el minuto 2 del partido de ida y estamos más sorprendidos que contentos. Un robo de balón, un Piojo Alvarado definiendo con tranquilidad y seguridad, como si fuera un veterano muy experimentado. Quince minutos después estamos tres goles a favor y el equipo que jugaba como aquel, sí, ese que construyó la afición que aún somos y que hemos extrañado tanto; la esperanza creció.

Los siguientes 45 minutos ellos lo intentaron y nosotros manejamos el partido, preparábamos un posible contragolpe; con el cuarto gol y el pitazo final nos desbocamos. Eso dormido se agitó dentro de nosotros y nos obligó a saltar, a festejar, a ilusionarnos.

La esperanza se instaló dentro tres días completos. ¿qué importaban las precauciones?, ¿las advertencias? El único freno al que con mucho esfuerzo nos ceñimos fue el del León, la final iba a ser dura, los verdes han trabajado un gran torneo, y todas esas cosas. Pero ya estábamos ahí, en la final. Y Después de esa actuación tal vez, tal vez podíamos ganar; además era en León, dónde todo había comenzado.

Todos sabemos lo que pasó el domingo. Las notas reportan que ha sido el partido más visto del torneo. Porque, claro, si lo arruinaremos será a lo grande. Eso de que entre más alto estás más duele la caída es tan cruel como certero.

Hemos gritado, pateado, golpeado, insultado y maldecido. Hemos soportado la lástima de

nuestros amigos mejor intencionados, que evitan el tema y también todo lo que nos han lanzado los que con burlas y memes lo hacen cada temporada. Hemos aguantado la actitud del club.

Hemos buscado motivos. Toda clase de explicaciones circulan por ahí, según la personalidad de cada uno de nosotros. La maldición, la corrupción, teorías complejas de conspiración. Y está la peor de todas, la que creo yo: nos ganó el miedo. Creo que es la peor, porque nos deja desarmados, porque desde el comienzo tenemos desventaja.

Estamos frustrados, tristes, enojados, con muchos, con todos y, sobre todo, con la esperanza.

Dejamos que nos sedujera, que nos envenenara y eso nos hundió. ¿Hay algo peor que perder la esperanza? No sé, pero ahora, sabemos que duele mucho más haberla tenido.

POR GUSTAVO MEOUCHI
@GMOSHY67

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