Hay quienes afirman que en los dos primeros años de la actual administración, el gobierno tiene muy poco de qué jactarse. Pero nadie puede negar que ha hecho cosas importantes, trascendentes, dicen algunos.
Empezó metiendo reversa a la Reforma Educativa de la anterior administración, y ha intentado hacer lo mismo con la Reforma Energética; está promoviendo una nueva Reforma Laboral; diseñó e instrumentó una nueva Política Social, en donde introdujo profundos cambios a los programas sociales; estableció una nueva política para el campo mexicano, caracterizada por fomentar la improductividad; se ha destacado por combatir la corrupción, aunque faltan varios “peces gordos”; estableció una relación muy diferente a la que tuvieron sus antecesores, con el sector empresarial; canceló la construcción del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, porque era como la cueva de Alibabá. Acciones y decisiones ha habido muchas.
Pero embelesados, mareados, con lo que suponen éxitos políticos y sociales, los integrantes de la actual administración federal no alcanza a percibir la realidad: Seguimos padeciendo los estragos de la inseguridad, de la violencia, de la crisis económica agravada por la pandemia del Covid-19; de los deficientes servicios de salud, de la pobreza extrema y en muchos casos de la miseria. Hay más ejemplos de políticas públicas fallidas durante los dos primeros años del sexenio, pero con los mencionados basta.
Desde hace varios días, y el fin de semana lo reiteró, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha declarado que en estos dos años se sentaron las bases de la transformación de México, y sobre esas bases vamos a seguir construyendo el progreso con justicia para nuestro país, ha declarado.
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Los “aguafiestas” recuerdan una frase similar expresada por Enrique Peña Nieto al festejar, es un decir, los primeros cien días de su administración: “No venimos a administrar sino realmente a transformar. Seguiremos moviendo las instituciones, las políticas públicas, los programas y los presupuestos para dar resultados reales y positivos a la ciudadanía. La sociedad está cada vez más convencida de que sí se puede transformar a México para forjar un país moderno y audaz, preparado para competir y triunfar”.
O sea.
AGENDA PREVIA
Al rendir presencialmente ante el Congreso del Estado su tercer informe de Gobierno, Miguel Riquelme reconoció que la pandemia del Covid ha sido la crisis más grande que ha enfrentado Coahuila; resaltó los acuerdos tomados con todos los sectores de la entidad, particularmente con el privado, para que la economía no se paralice y sobre todo proteger los empleos. Destacó que Coahuila, obtuvo una calificación sobresaliente al ocupar actualmente el séptimo lugar a nivel nacional de los indicadores económicos del país, y en estos meses de crisis ha concretado proyectos por más de 1, 600 millones de dólares. Con relación al tema de la Alianza Federalista, afirmó que México no puede avanzar sin coordinación ni equidad y que hoy diez estados de la Republica, incluyendo el suyo, sufren de un trato injusto de la Federación.