OPINIÓN EL HERALDO DE MÉXICO

Clínicas, hospitales y escuelas de medicina públicos de “primer mundo” (28)

Falta de equipos y servicios médico-sanitarios suficientes y eficientes

OPINIÓN

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Diego Alcalá Ponce/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México. Foto: Especial Créditos: Foto: Especial

Mucho hay que hacer todavía por un Sistema Nacional de Salud, en el que no caben las ocurrencias, sino las experiencias de los profesionales en el delicado y extenso campo de la medicina. Urge reestructurar el sistema actual para no permitir más negligencias y errores médicos, por falta de equipos y servicios médico-sanitarios suficientes y eficientes. Urge extenderlo a toda la población, sin excepción, para evitar que las enfermedades se conviertan en “botín” y caigan en el inframundo negocio de la medicina privada, que muchas de las veces se ejercen en clínicas y hospitales “patito”.


Esta es la última parte de la triste historia de Marielena y su deseado bebé que tuvo, pero que no llegó a tener en sus brazos. - En medio de la tragedia familiar, Zenón Loaiza encaró al médico responsable del caso por retener a su hermana y sobrino, aún cuando anteriormente les había referido que no podía atender el parto. “Esta doctora, continúa, se pone a llorar y empieza a convulsionar, aparentemente. La retiran y poco después solo quiso hablar con mi madre.


El hermano de Marielena señala que la doctora indicó que “haría el papeleo para que no abran”, así literal la palabra, refiriéndose a una autopsia, incluso, dijo, les había solicitado cambiar la hora de ingreso de la paciente al laboratorio. Después de esto cerraron completamente la clínica, farmacia y puertas. Al acudir, me cercioré, continúa el hermano, de que dicha clínica no cuenta con ningún lugar asignado, llámese quirófano…afuera hay sillas y aparatos de ejercicio, relató al mostrar fotografías del sitio donde fue atendida Marielena, en las que se puede observar utensilios y mobiliario básico, algunos con piezas oxidadas.


Tras los hechos, Zenón contactó al Sol de Puebla para dar a conocer lo ocurrido con su hermana y su sobrino con la intención de alertar sobre las carencias y falta de condiciones con las que fueron atendidos, primero en el Hospital Integral, pero principalmente en el laboratorio y clínica particular de la colonia La Concepción. Además de solicitar a quienes hayan sido víctimas de casos similares, a sumarse para exigir las investigaciones. Marielena era Lcda. en cuidado capilar y trabajaba por cuenta propia, además de contar con el apoyo de su esposo Marco Antonio. Luego de años de desear un embarazo, ambos finalmente esperaban a su primer bebé, al cual ella ya no logró ver. Hasta aquí la información, a lo que EL HERALDO DE MÉXICO agradece a los directivos de El Sol de México y su filial El Sol de Puebla.


Triste final para Marielena y su bebé, dos vidas perdidas por la incapacidad de un médico inexperto que no supo proceder responsablemente para permitir el alumbramiento, que quizá pudo darse sin complicaciones, y mucho menos terminar en una terrible tragedia. Pero, de que hay una lección que aprender de esto, claro que sí, para que las próximas parturientas estén prevenidas, no confiadas, para cuando llegue ese delicado momento y no tener que correr, hasta entonces, en busca de un hospital o médico más cercano. No es que el parto “no avise”, ¡claro que sí avisa! y con tiempo suficiente, pero mucho de ello depende de los familiares para proceder, llegada la hora, para acudir con mucha anticipación en donde se supone, ya conocen del caso. El momento difícil de la labor de parto no solo es cuestión de suerte, sino de vida o muerte cuando-independientemente de una complicación grave-se actúa improvisadamente. Ojalá esta tragedia de Marielena, como ha habido muchas, sirviera de experiencia, pero…


Agregado. -  El pasado 10 de nov., en Tehuacán, Pue., “Betito” cumplía cuatro años, y para celebrarlo, sus papás invitaron a familiares para compartir tan feliz acontecimiento. Lamentablemente, de un momento a otro, de la alegría se pasó a la desgracia. La mamá de “Betito”, para complacer a los invitados, después de comer y partir el pastel, les ofreció café. Ese fue el pretexto para hacer cambiar la vida del hasta entonces pequeño feliz. La señora puso a hervir agua para prepara café, sin imaginar que esa misma olla caería sobre su hijo al querer ver lo que preparaba su mamá. El pequeño sufrió quemaduras de tercer grado en gran parte de su cuerpo. Lo trasladaron a una clínica privada en donde le dieron los primeros auxilios, pero la factura fue muy alta para los preocupados padres. Actualmente, “Betito” se encuentra en el Hospital del Niño Poblano en la capital de estado. El Sol de Puebla. Cuiden a sus hijos, si son pequeños, nos los dejen solos y vigílenlos en todo momento. Continuará…
 

POR DIEGO ALCALÁ PONCE
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