COLUMNA INVITADA

La otra pandemia: el miedo a la técnica y los datos

La tecnología, los datos y su análisis, no sólo son herramientas, sino que hoy, literalmente, salvan vidas

OPINIÓN

·
Pedro Casas Alatriste/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México

 

“Vamos de salida. Va en descenso la pandemia”

Andrés Manuel López Obrador (septiembre 2020)

 

“El COVID-19 afecta prácticamente a nadie”

Donald J. Trump (septiembre 2020)

 

La sensibilidad política, los grandes discursos, la movilización del pueblo. Todas son grandes cualidades que un líder político puede tener y que son fundamentales bajo ciertos contextos.

Lucharemos en las playas, lucharemos en las pistas de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas, ¡nunca nos rendiremos!” famosas palabras de Winston Churchill animando a los británicos, a los Aliados y a los americanos para unirse contra el Eje, o “I have a dream!” de Martin Luther King en la lucha contra la segregación racial. Si bien estos son momentos clave en la historia, cuando la situación lo amerita, la técnica, los datos y el análisis estadístico son mucho más importantes que la subjetiva lectura del líder, sobre las necesidades de la gente.

Estados Unidos, Turquía, Brasil, Polonia, Filipinas, México, están liderados por figuras populistas que —independientemente de sus particularidades — aborrecen la técnica. Trump y su desprecio por seguir lo que indica la ciencia para el combate al coronavirus y el cambio climático.

López Obrador y su “detente” como medio de ofensiva ante la pandemia, su indiferencia por la inviabilidad económica y ambiental del Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, son un claro ejemplo.

Recientemente, con la elección de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, llega una ligera esperanza por el regreso de la técnica en el liderazgo mundial. Biden propone de manera inmediata la creación de un grupo técnico para combatir la pandemia, busca reforzar la Organización Mundial del Comercio y se vuelve a adherir al Acuerdo de París, entre otras cosas.

En la era de la híper-información, alejarnos de ella parece una incongruencia absoluta.

La tecnología, los datos y su análisis, no sólo son las herramientas que nos ayudan a combatir los grandes problemas de la humanidad como la pobreza, la desigualdad y el cambio climático, sino que hoy, literalmente, salvan vidas.

Estamos —aunque en México parezca que no— ante una coyuntura histórica donde las naciones que apuesten, o que ya apostaron, por el camino hacia la digitalización y los datos, serán el símil a las que apostaron por la industria hace cientos de años.

Para variar, queda en nosotros como sociedad, presionar al Estado para que tome la dirección correcta. O bien, por construirla nosotros mismos.

Si no nos apresuramos, no vamos a alcanzar el último vagón de un tren que ya arrancó desde hace tiempo.

Hoy por hoy, el futuro de México no es nada prometedor. Con la actual administración y su fijación por el México subdesarrollado, parece que nos seguirán atrapando ahí mismo; en el subdesarrollo.

POR PEDRO CASAS ALATRISTE
COLABORADOR
@PEDROCASAS