Tras más de 12 sesiones de capacitaciones en combate a riesgos, 31 mujeres lograron crear la primera brigada femenina para combatir incendios forestales en el Estado de México, que a pesar de no ser la primera en su tipo alrededor del país, abre una brecha en materia de género para las mujeres mexiquenses, quienes eran relegadas para el acarreo de agua en situaciones de emergencia.
Con ello, estudiantes, amas de casa, artesanas, campesinas y horticultoras transformaron su día a día para formar parte de la brigada femenina de Amatlaco, lo que derivó en que 10 de ellas lograran ocupar un puesto en las brigadas del municipio de Valle de Bravo, donde su formación en comando de incidencias y equipamiento les ha permitido acoplarse a las brigadas varoniles.
Aun sin un certificado, las 31 brigadistas ya tenían experiencia con el combate de incendios, pues en los ejidos donde habitan las emergencias son constantes, lo que generó curiosidad en las participantes y las llevó a capacitarse de manera oficial para atender los siniestros.
“El Consejo Civil Mexicano trabaja con los ejidos, comuneros y con personas voluntarias, nos llevan a cursos de capacitación, ellos nos apoyan mucho a los ejidos para darle mantenimiento conservación de suelos. A través de los talleres que nos llevan sale esa inquietud por parte de nosotras y entonces el Consejo Civil Mexicano lo que hace es atender estas necesidades de ¿por qué hay brigadas de hombres y no de mujeres si también nosotros tenemos la capacidad?, entonces empezaron a convocarnos y el interés de cada una hizo que fuéramos conformándonos y llegara a las 31”, mencionó Beatriz Pedraza, jefa de la brigada.
Es así que a través de las capacitaciones de la Cooperación Forestal México-Estados Unidos Programa México, el Tecnológico de Estudios Superiores de Valle de Bravo y la gerencia de Manejo de Fuego de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la cuadrilla femenil logró especializarse en el combate a incendios, primeros auxilios y la conformación de una brigada, cursos que siguen tomando para lograr una mayor especialización.
“Nos estamos actualizando, hay más cursos que tomar como la actualización por parte de Conafor y se viene la prueba mochila, que consiste en cargar 25 kilos en una mochila, pero rellena de agua, entonces tenemos que dar 15 vueltas a un campo deportivo, mínimo son 45 minutos”, mencionó.
ENFRENTAN OTRO TIPO DE FUEGO
Sin embargo, el esfuerzo que implican las capacitaciones y la reducción de daños ante una catástrofe natural no ha sido bien visto en todas las familias, ya que, a algunas de las voluntarias, su participación en el proyecto las llevó a recibir críticas por parte de sus parejas o familiares.
“No ha sido fácil el estar aquí porque tenemos hora de entrada, pero de salida, nos vemos un poco presionadas en el sentido de que dices, voy a llegar a tiempo y voy a hacer labores del hogar o a cocinar, pero te tienes que acoplar al horario. Algunos hombres han hecho comentarios negativos dentro de la misma familia porque algunas de nosotras nunca habían trabajado, entonces ahí sí hemos visto comentarios un poco machistas, pero lo han ido asimilando, a lo mejor les cuesta trabajo, pero también se han dado cuenta de que tenemos la capacidad de hacerlo”, indicó la también ejidataria.
No obstante, la admiración fue algo que también ganaron de parte de otras mujeres de la zona, quienes se vieron inspiradas a replicar la estrategia y mostraron su interés en formar grupos femeninos para la atención de emergencias, lo que orilló al Consejo Civil Mexicano a abrir nuevos espacios para la formación de mujeres especialistas en el combate a incendios.
“Desde que se anunció la brigada se ha visto el interés de otras compañeras y ya se comentó que en su momento va a haber otra apertura de un grupo para todas aquellas mujeres que tienen el interés de formar parte de las filas de las brigadas en la región”, adelantó.
A la par, Beatriz Pedraza indicó que ellas ya son capaces de replicar su conocimiento, por lo que las propias brigadistas podrían impartir los talleres para integrar a más personas a las labores de cuidado de los bosques, tarea que, dijo, no es única de los cuidadores y voluntarios.
“Hay que empezar a concientizar a la gente y más que nada a los gobiernos y a las asociaciones no gubernamentales de que pongas más los ojos en nuestros bosques, porque sin los bosques no tenemos agua, no tenemos oxígeno y todo lo que nos brinda en nuestra madre naturaleza. Desde aquí vamos a seguir trabajando, una vez que se termine la temporada de estiaje vamos a seguir con reforestación en la época de lluvias que viene a partir de junio”, destacó.
- Existen otras brigadas femeninas en otros estados, pero esta es la primera en el Estado de México.
- Está conformada por amas de casa, estudiantes, artesanas, campesinas y horticultoras.
- Recibieron apoyo del Consejo Civil Mexicano para la capacitación en combate a incendios.
- Aunque recibieron ya una serie de cursos reciben capacitación continua.
- Afirman que hay hora de entrada, pero no de salida, sin embargo, se sienten orgullosas.
- Al ver la entrega y dedicación de esta brigada, otras mujeres ya han mostrado interés y se sienten motivadas.
- La idea es cuidar un recurso natural que nos beneficia a todos, aseguran.
- 31 integrantes de la brigada
- 12 sesiones de capacitación intensiva
- 25 kilos cargan en una mochila, pero rellena de agua.
- 15 vueltas dan con este paquete
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