En redes sociales se ha hablado mucho de las nuevas variantes de Covid-19, conocidas extraoficialmente como “Perro del infierno”, pues en México ya se han detectado varios casos, pero aunque suena muy alarmante, no hay tanto riesgo como podría pensarse. Hasta el momento sólo hay 16 casos registrados de estas cepas que son sublinajes de Ómicron, científicamente llamadas “BQ.1” y “BQ.1.1”.
Sobre esto, el doctor Héctor Rossete publicó un hilo en Twitter para detallar qué es lo que ocurre: “Ambas variantes han comenzado a circular en Europa y EEUU, en Alemania se popularizaron con el nombre de “Perro del infierno”. En la mitología griega era el perro de Hades, dios del inframundo, tenía de 3 a 50 cabezas, el nombre hace alusión a Cancerbero”, escribió.
También puntualizó en que los síntomas son distintos a otras variantes y son los siguientes:
- Tos
- Dolor de cabeza
- Fatiga, diarrea
- Congestión nasal
- Fiebre
- Malestar muscular
- Disnea
- Pérdida de olfato o gusto
- Pérdida de apetito
- Afonía
- Taquicardias
¿Son más peligrosas?
Rosete comentó que son entre 10% y 30% más contagiosas y de acuerdo con algunos pronósticos en 2023 podrían ser las responsables del 80% de casos que se registren. Por lo que recomendó seguir con las medidas de precaución como el uso de cubrebocas, lavado de manos y distanciamiento social.
Es necesario estar preparados
Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) llamaron a contar con un nuevo abordaje para estudiar la salud de manera integral y así afrontar las próximas zoonosis, enfermedades que pueden transmitirse de animales a seres humanos, con estrategias eficaces.
En un comunicado emitido este sábado por la institución se apuntó que las zoonosis, como la pandemia de la covid-19, "demuestran la vulnerabilidad en la que nos encontramos cuando un microorganismo salta de una especie a la nuestra".
"Solamente así se logrará un equilibrio que nos ayude a respetar a la fauna silvestre, y prepararnos para afrontar próximas zoonosis con estrategias más eficientes", dijo en el reporte el investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, Gerardo Suzán Azpiri.
De acuerdo con Suzán Azpiri, "la conservación debe ser una estrategia preventiva en todos los aspectos. Después de la pandemia es un buen momento para empezar a trabajar la ciencia a partir de la visión colaborativa, interconectada e integral". Expuso que uno de los retos es aprender de la evolución y de los microbiomas, de los hospederos y patógenos prioritarios, para encontrar nuevas pistas.
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Con información de EFE