Desde el 13 de enero de 2021, Esmeralda Gallardo buscaba a su hija Betzabé Alvarado Gallardo, de 22 años. La joven desapareció en la unidad habitacional Villa Frontera, en el municipio de Puebla. Hoy, se supo que la madre buscadora fue asesinada en la misma colonia donde vio por última vez a su hija hace casi dos años.
El colectivo poblano Voz de los Desaparecidos confirmó la lamentable noticia y exigió a las autoridades locales que se garanticen los derechos de las víctimas, así como la seguridad de sus familiares y las personas buscadoras de desaparecidos, pues éstos últimos son constantemente blanco de ataques o amenazas.
"Exigimos justicia, que se aclare lo ocurrido para todas las personas que buscan a un ser querido desaparecido. Hacemos responsable al gobierno del Estado de cualquier asunto de seguridad, ataque o incidente que le ocurra a las familias buscadoras en todo el estado", sentenció el grupo en un comunicado.
Por su parte el gobierno de Puebla publicó en sus redes sociales oficiales que lamentaba y condenada el asesinato de la madre buscadora Esmeralda Gallardo. Y advirtió que las instancias correspondientes en el estado esclarecerán este crimen "y se aplicará la ley contra el o los responsables".
Sin embargo, la respuesta de la administración de Miguel Barbosa Huerta ante el asesinato de la madre de Betzabé causó molestia entre los colectivos de buscadores, pues aseguran que en su momento Esmeralda había solicitado protección debido a su labor y que el gobierno de Puebla no se la dio en su momento.
"He arañado la tierra y mi hija no aparece"
En un entrevista que concendió Esmeralda Gallardo a medios locales, relató cómo comenzó la búsqueda de Betzabé. La joven se dedicaba a poner uñas en su casa y era mamá de una niña pequeña, quien desde que desapareció le preguntaba a su abuela cuándo es que volvería a verla.
Ese 13 de enero de 2021, la hija de Esmeralda recibió la visita de su amiga Fabiola, quien le pidió que la acompañara a trámitar una tarjeta en el banco, porque necesitaba que su suegra le depositara. Ambas salieron, pero ninguna volvió a casa, "ninguna llevaba dinero, iban a hacer un trámite", dijo.
Y desde entonces, la madre buscadora hizo todo lo posible por dar con el paradero de Betzabé. A pesar de los peligros que conllevaba convertirse en una madre buscadora, Gallardo tuvo que valerse de sus propios medios para buscar a su hija de 22 años y a su amiga.
Y en el camino, Esmeralda comenzó también a difundir las fichas de búsqueda de otras personas desaparecidas en el estado, porque sabía lo que era vivir en carne propia el dolor de no tener en casa a un ser querido.
"He bajado a las barrancas, he rascado la tierra y mi hija no aparece ni viva ni muerta (...) pero yo no pierdo la esperanza de que ellas dos estén bien, porque Fabi tiene dos hijas y mi hija tiene una (...)", dijo en julio de este año a Meganoticias Puebla.
Desde que Betzabé desapareció, Esmeralda -quien era viuda- tuvo que hacerse cargo no solo de su nieta, sino de su otro hijo de tan solo 12 años, quien se convirtió en su soporte ante la adversidad. Ahora, ambos menores se han quedado desamparados tras el asesinato de la madre buscadora poblana.
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