Los internos del penal de Puente Grande, Jalisco elaborarán los muebles que utilizará el Hogar Cabañas. Con la renovación del mobiliario se busca también dignificar la calidad de vida de niñas y niños residentes.
Así adultos privados de la libertad estarán haciendo una labor solidaria a favor de los pequeños y adolescentes que se encuentran en una situación vulnerable al enfrentar adversidades como la muerte de sus padres, el abandono o violencia física o sexual por parte de familiares.
La Secretaría del Sistema de Asistencia Social (SSAS) Jalisco, en coordinación con la Industria Jalisciense de Rehabilitación Social (Injalreso) acordó con el Hogar Cabañas renovar los muebles en este Centro de Asistencia Social.
“La firma de este convenio permitirá rehabilitar y dignificar las áreas, al dotar de salas, bancas, camas y cunas, además de insumos de servicio como son, botas para personal de mantenimiento, filipinas, contenedores y blancos, elaborados por los internos del penal de Puente Grande, quienes se encuentran en un proceso de readaptación a través de los diversos oficios que desempeñan y con los cuales, se promueve su reinserción social, en tanto cumplen una sentencia”, se informó.
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Cabe mencionar que el Rey Carlos IV giró instrucciones en 1796 a Don Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, quien era entonces el obispo de la Diócesis de Guadalajara para que construyera una casa para niños desamparados. Los primeros niños que recibió el albergue “la Casa de la Misericordia” -como se le conocía al Hogar Cabañas-, llegaron en febrero de 1810.
Hoy en día, el mayor número de los niños que viven ahí tienen abierto un caso judicial debido a que fueron víctimas de violencia física, sexual o emocional a manos de parientes cercanos.
El Hogar Cabañas sobrevive gracias a una aportación presupuestal del gobierno estatal y también por donativos hechos por empresas o benefactores particulares.
Por Adriana Luna
GB