ZOQUES

Zoques cierran ciclo con último ritual del año

A pesar de la pandemia, comunidades indígenas cumplen este día con el último ritual del año, pues temen que si no lo hacen van a tener uno malo

NACIONAL

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● La festividad acaba el 6 de enero: desarman la casa y la obsequian en partes a la comunidad. FOTO: CORTESÍA CINDY RAMOS Créditos: FOTO: CORTESÍA CINDY RAMOS

La Danza de los Pastores es el último ritual de los zoques de Tuxtla Gutiérrez para cerrar el año. Se realiza cada 31 de diciembre con la sentada del Niño Dios y la culminación de las actividades del calendario agrícola. 

A pesar de la contingencia sanitaria por el coronavirus, los zoques llevan a cabo las actividades propias del mes, con las medidas sanitarias y sin convocatoria masiva. Los rituales se hacen en viviendas particulares con la presencia de las principales autoridades de la etnia. 

La de este día es una de las ocho danzas que conforman el ciclo y festivo. Cuatro danzantes bailan 14 sones y tres zapateados. Se acompañan por la música de jarana, guitarra, tambor y del maestro cantor que narra en zoque, latín y español antiguo, la historia del nacimiento del Niño Dios.

Juan Ramón Álvarez Vázquez, primer maestro de baile de la Danza de Pastores dentro de la comunidad zoque, recordó que tiene su origen en la época colonial, entre el siglo XVI y XVII, cuando los dominicos evangelizaron mediante el baile y el teatro a las etnias indígenas de Chiapas.

En la danza, los cuatro participantes hacen una coreografía y suenan el chin chin para alegrar al Niño Dios. En la mayordomía, se bailan tres días: el 22 de diciembre visitan a los danzantes, que son llamados pastores; el 24 se realiza la danza en la Casita de Belén y el 31 se baila en la sentada del Niño Dios, “cuando ya está vestido” y es llamada también Te’ pastores etzé o Danza de Pascuas. 

La comida tradicional que se sirve u ofrenda a estas autoridades son atole puro de maíz, tamales de moles y pozol, bebida chiapaneca elaborada con agua, maíz y cacao. 

“Nosotros tenemos un compromiso de bailarle al Niño Dios desde las siete de la noche a la una de la mañana”, pues realizan un recorrido danzando fragmentos de los sones en las casas de las madrinas del Niño Dormido, el Niño de Belén, el Niño Salvador y el Niño del Año Nuevo, que se celebra cada 1 de enero. 

La Danza de los Pastores también se baila en Copainalá, Rayón, San Fernando, Ocozocuautla y Copailla, que son pueblos que viven celosos de sus tradiciones.

El también antropólogo e historiador hizo hincapié en que “la gente hace y vive su cultura”. 

Por Jeny Pascacio