Ayuda a estudiar la atmósfera

La NASA confirma la existencia de las "nubes de hielo" sobre zonas tropicales, ¿por qué son importantes?

Ahora la administración espacial estudiará de cerca este fenómeno climatológico, lo que nos ayudará a simular con precisión estas condiciones naturales y así mejorar los pronósticos

La NASA confirma la existencia de las "nubes de hielo" sobre zonas tropicales, ¿por qué son importantes?
Los científicos quieren saber qué será de nuestra "capa gaseosa" en un futuro próximo. Foto: Adobe Stock

En mayo del 2018, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) tomó la primer foto espacial de estas increíbles nubes de hielo. Un pequeño satélite experimental capturó como las pequeñas partículas congeladas yacían dentro de las nubes, normalmente llamadas como "nubes de hielo". Al mirarlas desde la gran Estación Espacial Internacional, los astronautas dijeron ver nubes grandes y blancas que se extendían por todo el planeta. No podían distinguir una gris de una blanca e hinchada. 

Si bien los satélites pueden ver a través de muchas nubes y estimar el líquido que contienen —para prever su precipitación climática— no se podían distinguir las partículas de hielo más pequeñas que son las que crean las enormes nubes de lluvia.

Un cirro o cirrus es un tipo de nube compuesta de cristales de hielo y caracterizada por bandas delgadas, finas, acompañadas por copetes. FOTO: Adobe Stock

¿Para qué sirven las intrigantes nubes de hielo?

Bien, un año atrás de su primer fotografía espacial —en mayo del 2017— el IceCube estaba probando instrumentos para verificar su capacidad de mediciones espaciales de los pequeños cristales congelados que forman estas nubes. De acuerdo con Dong Wu, investigador principal de IceCube en el Goddard Space Flight Center de la NASA detalló que "los fuertes aguaceros se originan en nubes de hielo". De hecho, las nubes de hielo comienzan como pequeñas partículas en la atmósfera que al absorber la humedad, los cristales de hielo crecen y se vuelven más pesados, lo que hace que caigan a altitudes más bajas. Eventualmente, las partículas se vuelven tan pesadas que caen y se derriten para formar gotas de lluvia. Sin embargo, los cristales de hielo también pueden permanecer en el aire.

Como en las demás nubes, las de hielo afectan el "presupuesto energético" de la Tierra, pues al reflejar o absorber la energía del sol, afecta la emisión de calor al espacio. Por lo tanto, las extrañas y alucinantes nubes de hielo son variables clave en los modelos climáticos. De hecho, la medición del hielo atmosférico a escala global sigue siendo muy incierta porque los satélites no han podido detectar la cantidad de las pequeñas partículas de hielo dentro de las nubes, ya que estas partículas son demasiado opacas como para que los sensores infrarrojos y visibles las localicen. Para superar esa limitación, IceCube se equipó con un radiómetro submilimétrico que une la falta de sensibilidad entre las longitudes de onda de infrarrojos y de microondas.

A veces estas nubes en voluta son tan extensas que visualmente resultan indistinguibles una de otras. FOTO: Adobe Stock

La misión para estudiar a las nubes de hielo apenas comienza

Ahora la misión de la NASA es estudiar las nubes de hielo y ayudar a observar nuestra atmósfera dinámica. Con esto ayudará a la humanidad a comprender no solo este fenómeno climatológico, también la atmósfera dinámica de la Tierra, específicamente las nubes que se forman a gran altura en las regiones tropicales y subtropicales. Gracias al instrumento PolSIR, que es la abreviatura de radiómetro de nube de hielo submilimétrico polarizado, se estudiarán dichas nubes de hielo para determinar el cómo y por qué cambian a lo largo del día. Esto proporcionará información crucial sobre cómo simular —con precisión— estas nubes de gran altitud en los modelos climáticos globales.

La idea de esta investigación consiste en que dos CubeSats completamente idénticos —satélites pequeños que miden poco más de 30 centímetros— vuelen a órbitas separadas de tres a nueve horas, para que con el tiempo observen el ciclo diario del contenido de las nubes de hielo y sus componentes.

“Estudiar las nubes de hielo es crucial para mejorar los pronósticos climáticos, y esta será la primera vez que podamos estudiar las nubes de hielo con este nivel de detalle”, dijo Nicola Fox, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas en la sede de la NASA en Washington. “Cada misión de la NASA se elige cuidadosamente para comprender mejor nuestro planeta de origen”.

Pueden llegar a formar una hoja o velo llamado cirrostratos. FOTO: Adobe Stock

Costará 37 millones de dólares y sin contar el lanzamiento a la atmósfera

El estudio de la ciencia llega a ser muy cara y es por ello que siempre se buscan programas de financiación, en este caso, saber más sobre las nubes de hielo le costará a los especialistas 37 millones de dólares, que de hecho... no incluyen los precios de lanzamiento. El radiómetro será el protagonista, pues este instrumento de Earth Venture de menor costo tiene el objetivo de viajar en otra misión o satélite comercial para así minimizar el alto valor del "despegue". Asimismo, la clase Earth Venture también se enfoca en brindar oportunidades de vuelos frecuentes, por lo que las investigaciones científicas innovadoras pueden volar relativamente rápido, generalmente dentro de cinco años o menos. 

No debemos desestimar las misiones como esta, pues nos brindan oportunidades de investigación específicas y claves que nos ayudan a mejorar nuestra comprensión de lo que está impulsando el cambio en todo el sistema de la Tierra.

"Comprender cómo estas nubes de hielo responden a un clima cambiante, y luego, a su vez, contribuyen a cambios adicionales, sigue siendo uno de los grandes desafíos para predecir lo que hará la atmósfera en el futuro", dijo Karen St. Germain, quien dirige la NASA. División de Ciencias de la Tierra. “Los radiómetros, que miden la energía radiante emitida por las nubes, mejorarán significativamente nuestra comprensión de cómo cambian y responden las nubes de hielo a lo largo del día”.

Entre los detalles técnicos, la NASA compartió que la misión estará dirigida por Ralf Bennartz, investigador principal de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, y nuestro ya conocido Dong Wu, investigador principal adjunto del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. De hecho, la NASA Goddard proporcionará el equipo de gestión del proyecto que construye los dos instrumentos, mientras que las operaciones científicas serán realizadas por el Centro de Ingeniería y Ciencias Espaciales de la Universidad de Wisconsin, Madison. Asimismo, las dos naves espaciales serán construidas por Blue Canyon Technologies en Lafayette, Colorado.

 

Con información de Europa Press y la NASA*

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