Dentro de nuestro impresionante cosmos, hay una región misteriosa que atrae a miles de galaxias, incluyendo a la nuestra, conocida como Vía Láctea. Su nombre es "Gran Atractor" y también se podría decir que es un "devorador del universo". Para explicarte bien de qué va, primero debemos de recordar aquellas maquetas que en la escuela en las que teníamos que representar a escala nuestro sistema solar, gracias a este ejercicio sabíamos que el conjunto planetario giraba alrededor del Sol. Sin embargo, no se nos detallaba que nuestra estrella no estaba estática, sino que todos los componentes celestes están en constante movimiento.
El sistema solar no está estático, ni flota en el universo
Como en el ejemplo de las maquetas, se pensó durante décadas que el sistema solar estaba estático, girando sobre su propio eje y "flotando" en la inmensidad, pero esto no podría estar más alejado de la realidad. Los astrónomos marcaron un hito cuando señalaron que nuestro conjunto estelar y, especialmente nuestra galaxia, están viajando a través de la inmensidad del universo a unos 600 kilómetros por segundo. ¿A dónde nos dirigíamos? Fue la primera pregunta que se cuestionaron los científicos, bien, aquí es donde el Gran Atractor cobra importancia, pues la parada final es este lugar.
El Gran Atractor, el destino final de la Vía Láctea
En la década de los 70, un grupo de astrónomos determinó que una gran fuerza gravitatoria yacía en los confines del universo. Ésta sería la gran fuente de origen que marcaría el camino que todas las galaxias —incluyendo la nuestra— al "fin de los tiempos". Ante ello, el cosmólogo Paul Sutter, profesor de astrofísica en la Universidad Stony Brooks, en Nueva York, le explicó a la BBC que nuestra galaxia va en dirección a algo que "no podemos ver con claridad."
"El punto focal de ese movimiento es el Gran Atractor, el producto de miles de millones de años de evolución cósmica", detalló el especialista.
De hecho lo que más impresionó a los científicos fue la impresionante velocidad a la que viaja nuestro conjunto estelar, que a pesar de ello, lo más seguro es que la Vía Láctea no logre llegar al destino que le marca el Gran Atractor.
"Nunca llegaremos a nuestro destino porque, en unos miles de millones de años, la fuerza aceleradora de la energía oscura destruirá el universo", explicó Paul Sutter.
La materia que más abunda en el universo es la energía oscura
Este componente, según explica la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), es una misteriosa fuerza que permea el cosmos y acelera su expansión. Esto significa que las galaxias se apartan cada vez más unas de otras, hasta que en miles de millones de años se destruirá la estructura del universo que conocemos hoy. Nada lucirá como lo hemos descubierto hasta hoy día.
"Dentro del estudio del universo es muy importante conocer cómo está organizado, por qué está arreglado a partir de estructuras que tienen unos tamaños y conocer cada una de ellas y su dimensión ayuda mucho en ese empeño", le explicó a la BBC Mundo, Carlos Augusto Molina, astrofísico colombiano que trabaja en el Planetario de Bogotá.
¿Cómo fue descubierto el Gran Atractor?
Gracias a la exploración espacial avanzada, todo gracias al envío del Telescopio espacial Hubble —en la segunda mitad del siglo XX—, los astrónomos se enfrentaron al desafío de organizar —de alguna manera— todo lo que estaban viendo en los confines del universo. Así que se trazó una especia de mapa y, por su puesto, uno de los puntos fundamentales para conocer en qué parte del cosmos se ubicaban nuestro sistema solar y nuestra galaxia.
"Hacia la década de 1970 comenzamos a estudiar el movimiento de nuestro Sistema Solar, de nuestra galaxia, y lo comparamos con el movimiento de otras galaxias cercanas y todo parecía ir en la misma dirección de la expansión del universo", explicó Paul Sutter. "Sin embargo, los astrónomos comenzaron a notar algo curioso: parecía haber una vaga direccionalidad además de ese movimiento expansivo, como si todas las galaxias cercanas a nosotros también se dirigieran hacia el mismo punto focal", agregó.
Es decir que teníamos un camino imaginario a donde todos los conjuntos estelares se dirigen. Para muchos astrónomos esa "direccionalidad" tenía que ver con defectos en las observaciones u otros factores que incidían en una mala lectura de la información que estaban recibiendo. Sin embargo, los telescopios fueron mejorando sus tecnologías y, en la época de 1986 fue que la ciencia logró determinar que efectivamente las galaxias más cercanas —incluida la nuestra— iba en esta misma dirección.
"Con estos nuevos instrumentos, los astrónomos son capaces de determinar no solo que nos estábamos dirigiendo hacia una concentración de materia, sino también a la velocidad a la que lo estábamos haciendo. O sea, pudieron establecer con mucha certeza de qué se trataba", señaló Carlos Augusto Molina.
¿Entonces qué es el Gran Atractor?
En ese sentido, aunque no se puede determinar con exacitud que el Gran Atractor es una gran estructura de materia oscura ubicada dentro del supercúmulo de galaxias conocida como Laniakea y que además tiene la capacidad de halar galaxias en un radio más o menos de 300 millones de años luz de distancia; es la única teoría que hasta el momento le hace mayor sentido a los científicos. Y es que la materia oscura es otro de los enigmáticos componentes del universo. Es un tipo de materia que no se puede observar, solamente se puede intuir que existe por el efecto gravitacional que ejerce sobre los objetos del cosmos. ¡Una fuerza invisible, vaya!
Es por ello que a esta gran concentración de materia que arrastra a las galaxias se le llamó el "Gran Atractor", que se encuentra a unos 200 millones de años luz de la Tierra. Una de las razones por las que Paul Sutter se ha dedicado a estudiar más sobre el Gran Atractor es que, a pesar de los avances en la observación astronómica, esta superestructura continúa siendo un misterio.
"Uno de los grandes inconvenientes para saber más acerca del Gran Atractor, es que está ubicado en una posición muy inconveniente: totalmente al lado opuesto de nuestra galaxia", señaló. "Cuando intentamos observar hay mucho ruido: muchas estrellas, planetas, nebulosas en el camino que no permiten un análisis más completo de esta fuerza que nos atrae".
Aclaremos, no es un agujero negro
Tanto Paul Shutter como Carlos Augusto Molina aclararon que el Gran Atractor no es un agujero negro y en cambio, señalaron que se trata de una anomalía gravitacional.
"Es una fuerza totalmente distinta y no hay ninguna conexión con los agujeros negros en el universo", recalcó el profesor de astrofísica en la Universidad Stony Brooks.
Lo cierto es que al poder determinar esto también se logró establecer que había otras anomalías similares en otras partes del universo que tendrían una función similar: arrastrar galaxias. Por su parte, Augusto Molina señaló que saber esto "nos ayuda en una tarea fundamental para entender el cosmos: cómo está conformado mediante estas estructuras que clasificamos o jerarquizamos en la medida de su capacidad gravitacional". De hecho, para el astrofísico colombiano el "mapeo" del universo se logra a través del conocimiento de estas zonas "0" en la que interactúan otras fuerzas como la luz o la gravedad.
"Conocer sobre esta estructura nos permite comparar cómo procesos como la interacción con la luz —o no— o su densidad ocurren en estructuras similares en otras galaxias en el universo", recalcó.
Ya para finalizar su explicación, los especialistas recalcaron que otro aspecto importante de este acontecimiento es que nos permite estudiar el "futuro" de nuestro entorno espacial. Pues conocer la velocidad en la que avanza nuestra galaxia y hacia dónde se dirige nos habilita pensar o estudiar aspectos de cómo se comportará en el futuro. Sin embargo, aunque a partir de estos desarrollos conocemos el destino de este viaje en el que está la galaxia, también sabemos que es muy posible que la Tierra o nuestro sistema solar no puedan ver el final.
"Hay otra fuerza muy poderosa en el universo que llamamos energía oscura, que es totalmente opuesta a la gravitacional: en vez de atraer, empuja", indicó Paul Sutter. "Por esa razón es que cuando realmente estemos cerca del Gran Atractor en unos millones de años luz, esta energía oscura, de la que conocemos muy poco, va a tener un efecto en este viaje, que muy posiblemente sea la destrucción de todo lo que conocemos", concluyó el científico.