En el momento de su arresto, Florentino Carlos F. G. mostró todas “sus tablas” como narcotraficante acostumbrado a tener cierta “reputación” con los ingresos millonarios generados por el trasiego de drogas ilícitas que lo llevaron a pensar que era “intocable” ante la ley. Incluso su mote dentro del mundo criminal, “Don Carlos”, daba cuenta de ello.
Durante la intervención de la Policía Nacional de España para arrestar al capo originario del principado de Asturias dentro de su hogar, el considerado histórico narco por las autoridades locales se mostró frío y “poco colaborador” ante la llegada de los uniformados que realizaban la redada para su captura.
Tras una investigación exhaustiva durante 18 meses seguidos, la policía de investigación pudo capturar al narcotraficante que era conocido por tener fuertes vínculos con los narcos más poderosos del mundo, el Cártel de Cali de los hermanos Orejuela, además de tener alianzas con la organización armada vasca ETA (Euskadi Ta Askatasuna, traducida como País Vasco y libertad).
Don Carlos supo ganarse la confianza de ambas organizaciones, al grado de que uno de los jefes del Cártel de Cali, Gilberto Orejuela, le permitiera residir en su propia casa que tenía en Madrid. La facilidad para tener contactos, fue una de sus principales habilidades del narco, lo que hizo que organizará de manera rápida y efectiva la logística de sus socios narcos, todo con la correcta suma de dinero.
¿Cómo inició el Don Carlos en el narco?
A principios de la década de 1990, Florentino Carlos recorría Sudamérica en países como Venezuela y Colombia, los cuales se caracterizan desde entonces por ser grandes productores de cocaína. El español residió por varios años entre dichas naciones donde tejió una red de contactos para el lavado de dinero, producto de las ventas del narco, cuyos activos los blanqueó también para beneficiar a la ETA.
Sin embargo, lo que en un inicio era su prioridad, lavar los fondos de la llamada organización terrorista, paulatinamente fue quedando en segundo plano al ver la cuantiosas entradas de dinero que le dejaba el tráfico de drogas sudamericanas.
De manera que ese cambio en su estrategia criminal, lo llevaron a ser un objetivo prioritario para la justicia española, pese a tener una vida sin excesos que la mayoría de los traficantes de droga suelen hacer.
Durante el periodo en que fue investigado, los agentes observaron a empresarios como directores de hoteles o restaurantes o algunos vecinos en la ciudad de Marbella al sur de España, se desvivían en atenciones y saludos hacia Don Carlos, pese a ser conocido por ser un criminal que lo mismo traficaba y secuestraba y torturaba a sus enemigos.
En sus últimos momentos en libertad, Don Carlos vestía con ropa de diseñador y algunos lujos que un hombre de su edad avanzada podría tener con su pago de pensión, si es que también la tuviera.
Tras ser arrestado, Don Carlos de 76 años de edad ahora está recluido en prisión por orden del juzgado de Instrucción número 3 de Marbella a la espera de conocer su situación jurídica final luego de ser capturado en el primer trimestre de este año.
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La historia de los hombres que se hicieron pasar por policías para robarle a los narcos
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