En la cocina, más allá del uso de carnes, proteínas o alguna verdura para preparar cierto tipo de platillos, algo que distingue el sazón y sabor en los platillos, que además brinda una amplia gama de posibilidades para reinventarse, es el uso de las hierbas aromáticas. Las hierbas aportan sabores únicos que pueden transformar una receta sencilla en un manjar.
Además de su capacidad para mejorar el sabor, muchas hierbas tienen propiedades beneficiosas para la salud por lo que experimentar con diferentes tipos y combinaciones puede llevar tus platos a un nuevo nivel, haciendo que cada comida sea una celebración de sabores frescos y naturales.
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Entre todas estas, destaca el estragón, una hierba que ha capturado la atención de chefs y gourmets por igual. Originario de Asia Central y ampliamente utilizado en la cocina francesa, el estragón es más que un simple condimento; es una verdadera joya gastronómica.
El estragón, conocido científicamente como artemisia dracunculus, se distingue por su aroma anisado y su sabor ligeramente amargo. Su olor aromático lo convierte en un ingrediente ideal para platos sofisticados, proporcionando una dimensión de sabor que puede transformar una receta común en una experiencia culinaria inolvidable. Su uso es común en salsas, vinagretas y marinadas, y es esencial en la preparación de la famosa salsa béarnaise.
¿Cómo cultivar estragón en casa?
El estragón se cultiva principalmente en regiones de clima templado, y puede crecer en jardines domésticos con facilidad. Prefiere suelos bien drenados y una exposición soleada, aunque también se adapta a condiciones de sombra parcial. La planta puede llegar a medir hasta 1 metro de altura y tiene hojas delgadas y alargadas que son recolectadas durante la temporada de crecimiento.
Para cultivar estragón sin usar semilla, se puede lograr por medio de esquejes que es la extracción de una parte de la planta que aún no este totalmente madura para poder reincorporarse a la tierra y que crezca nuevamente. Para lograrlo es necesario que tu planta que vayas a elegir este saludable y libre de plagas.
Retira las hojas inferiores de cada esqueje, dejando solo un par de hojas en la parte superior. Esto ayudará a reducir la pérdida de agua y a enfocar la energía en el desarrollo de las raíces, Ahora llena la maceta en que vayas a colocar tu esqueje de estragón con una mezcla de sustrato que tenga buen drenaje, como una combinación de tierra para macetas con perlita o vermiculita.
Inserta los esquejes en el sustrato, enterrando la base del tallo, donde retiraste las hojas y asegurándote de que estén bien fijados. Riega ligeramente para asentar el sustrato alrededor de los esquejes. Coloca tus macetas en un lugar cálido y con luz indirecta. Mantén el sustrato húmedo pero no empapado. Puedes cubrir los esquejes con una bolsa de plástico o un contenedor transparente para crear un ambiente húmedo que favorezca el enraizamiento. Asegúrate de ventilar de vez en cuando para evitar el crecimiento de moho.
Los esquejes de estragón suelen tardar entre cuatro y hasta seis semanas en desarrollar sus nuevas raíces. Cabe destacar que el estragón prefiere temperaturas moderadas y puede no tolerar heladas.
¿Qué beneficios tiene el consumo de estragón?
El estragón, además de ser una hierba aromática popular en la cocina, ofrece varios beneficios para la salud debido a sus propiedades nutricionales y medicinales. Principalmente es una buena fuente de vitaminas y minerales, incluyendo vitamina A, vitamina C, vitamina K, hierro, manganeso y calcio. Estos nutrientes son importantes para mantener una buena salud general.
Además el estragón ha sido utilizado tradicionalmente para aliviar problemas digestivos. Puede estimular el apetito y ayudar a mejorar la digestión al promover la producción de jugos gástricos. También puede ayudar a aliviar el gas y la hinchazón. Los compuestos presentes en el estragón tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo. Esto puede ser beneficioso para condiciones inflamatorias como la artritis.
