Si bien en la actualidad cada vez más gente se suma a la tendencia de las cocinas de vitrocerámica, todavía hay quienes eligen cocinar con el artefacto a gas. Ya sea por cuestiones económicas o estéticas, los fogones siguen acaparando los hogares.
Pero esta parte de la cocina, tan necesaria para ejecutar muchas recetas, suele ensuciarse con facilidad con los mismos líquidos y vapores que desprenden los alimentos en las ollas, o por la grasa que se acumula en los procesos de cocción. Es por eso que requiere de una cierta limpieza frecuente.
¿Cómo limpiar las rejillas de la cocina?
Este elemento básico del artefacto, que sirve para apoyar los objetos que se quieren calentar (y al que también se le suele llamar parrilla), suele acumular grasa y restos de comida. Limpiar las rejillas es fundamental para comenzar con la rutina integral quitamanchas del electrodoméstico.
En este sentido, puedes quitar la suciedad incrustada de manera fácil, sumergiéndolas semanalmente en una mezcla de agua caliente, bicarbonato de sodio y vinagre blanco. Si las manchas son más leves, entonces agua caliente y jabón lavavajillas bastará para dejarlas relucientes.
¿Por qué limpiar los fogones con bicarbonato de sodio y vinagre?
La respuesta es sencilla: la combinación de estos ingredientes hace que estas partes de la cocina queden como nuevas. Lo único que debes tener en cuenta como un mantra sagrado es no realizar la limpieza cuando los fogones están calientes.
Siempre debes esperar a que se enfríen. Esto se debe a que las sustancias que entran en contacto con superficies con altas temperaturas, pueden desprender vapores perjudiciales para la salud. Inhalarlos puede provocar intoxicaciones y mareos.
Procedimiento para quitar la grasa de los fogones
Para quitar la suciedad de estas partes del artefacto, tienes que introducir los desmontables en una mezcla de tres partes de agua caliente, una de bicarbonato de sodio y dos de vinagre. Luego debes dejar que actúen las sustancias durante un ahora y después quita la suciedad con un estropajo o cepillo. Para la zona no desmontable, aplica las sustancias sobre la superficie, deja actuar la misma cantidad de tiempo y luego aclara con estropajo hasta que no queden rastros de ningún ingrediente.