Para muchas personas, este será un fin de semana largo, gracias a que el feriado del 21 de marzo, cuando se conmemora el natalicio de Benito Juárez, se recorrerá un día, al lunes 20 del mes.
Se da la casualidad que estos días también coinciden con la llegada de la primavera, por lo que muchas personas acuden a centros ceremoniales o sitios arqueológicos para cargarse de buenas vibras para la estación que recién comienza.
Si eres de los afortunados que tendrá fin de semana largo y quieres aprovechar el tiempo para relajarte, conocer y disfrutar experiencias interesantes, las cuales integran grandes ofertas culturales, gastronómicas y turísticas, échale ojo a estas opciones que se encuentran a pocos minutos de la Ciudad de México.
Tula de Allende
A solo dos horas en auto de la Ciudad de México, esta antigua urbe tolteca es uno de los puntos favoritos para quienes quieren conocer más sobre los primeros habitantes del centro del país.
La Zona Arqueológica de Tula se alza prácticamente frente al centro de la localidad, y es custodiada por enormes esculturas de más de 4 metros de alto, conocidas como los Atlantes de Tula. También debes ver el Palacio Quemado, con sus sacerdotes reclinados, que son llamados Chac Mool.
Una parada indispensable es el Mercado de Artesanías, donde puedes adquirir el mejor recuerdo de tu viaje rápido. Para comer, nada como recorrer los portales del centro de Tula, donde encontrarás grandes opciones. Y si quieres quedarte por más tiempo en este hermoso lugar, el hotel boutique Casa de los Rombos, con solo siete habitaciones y desayuno incluido, es una gran opción.
Malinalco
A prácticamente dos horas y media de la capital, este pueblo mágico mexiquense tiene mucho de interesante para cada persona.
Si te gustan los deportes extremos, puedes hacer recorridos en cuatrimoto, rappel, escalada o lanzarte en tirolesa en lugares como MaliKualli, glamping que tiene además opciones de hospedaje en lujosas tiendas conectadas con la naturaleza.
Si lo tuyo es reconectarte con la historia, debes visitar el Cerro de los Ídolos, cuya Zona Arqueológica está presidida por la espectacular Cuauhcalli o Casa del Sol, la cual fue construida durante el reinado del tlatoani Ahuizotl.
Pero si lo tuyo es la gastronomía, entonces debes probar las delicias locales, como lo son los tacos de chorizo y cecina, además de darte tiempo para degustar el mezcal que se elabora en los palenques que realizan este espirituoso con agaves de la región.
Tepoztlán
A hora y media de la Ciudad de México, es uno de los puntos preferidos por los turistas nacionales y extranjeros que desean alejarse del ajetreo cotidiano de la urbe para descansar un poco.
Las coloridas calles de este pueblo mágico morelense se complementan con una visita al Tepozteco, cuya zona arqueológica, erigida por los xochimilcas en el siglo 12, está consagrada a Ometochtli, el dios mexica del pulque.
La variedad gastronómica que se ofrece en este sitio es sorprendente. Desde platillos con raigambre en la región como las tlaltequeadas, una especie de gorditas hechas con pinole, chía, amaranto o alpiste, y los tlaxcales, un tipo de galletas triangulares de maíz, hasta platos más tradicionales, como enchiladas o quesadillas.
Precisamente el interés en rescatar las tradiciones prehispánicas de este sitio que, según la leyenda, fue el que vio nacer a Quetzalcoátl, ha hecho que proliferen hoteles boutique que combinan lo mejor de las estancias boutique con temazcales y otros ritos inspirados en los pueblos originarios. Casa Matilda es uno de los hoteles más populares de la región por su oferta de spa y, desde luego, de hospedaje.
San Miguel de Allende
Si tienes otro poco más de tiempo, lánzate a uno de los rincones más bonitos del estado de Guanajuato, que queda a unas 3 horas y media de la Ciudad de México.
Como en esta ocasión se trata de reconectar con la naturaleza, la opción es realizar recorridos que salen de lo común en este hermoso destino colonial. Así, lugares como el glamping Nómada invitan a hacer paseos por los espacios naturales de la región.
Puedes comenzar con un vuelo en globo, un recorrido a caballo o en moto, saltar en las tirolesas para apreciar el hermoso paisaje de la zona, o practicar rappel, senderismo o ciclismo por las rutas que existen en los alrededores de la ciudad.
En el corazón de San Miguel de Allende existe una gran oferta gastronómica de corte internacional, por lo que aventurarse por sus calles y descubrir sus sabores, sin olvidarse de las deliciosas nieves de la plaza central, es otra forma de darle la bienvenida a la primavera.
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