La limpieza del retrete requiere diversos conocimientos. Es que eliminar la suciedad del inodoro puede ser una misión imposible, demandándonos horas y horas de tallado en el baño. Y una de las peores situaciones se presenta con las manchas marrones que no se pueden marchar ni con la escobilla ni con el limpiador habitual. Esto se sucede en regiones donde el agua tiene cal y sedimentos, los cuales dañarán la taza.
Es que los minerales y la suciedad que tiene la propia agua que usamos en el baño generarán incrustaciones en el retrete y un aspecto sumamente desagradable. Estas incrustaciones se forman por acumulación de minerales disueltos del agua y que, cuanto más fuerte sea el agua, más residuo sólido dejará.
La misma cal del agua pondrá la base para que otros elementos como el magnesio y el hierro se instalen. Y cuando el agua se seca, queda una fina capa de residuo sólido. Y si esta operación se repite muchas veces, la capa incrustada se hace más y más gruesa, por lo que la limpieza será más difícil de lograr. Sin dudas que esto atentará contra el váter, que es de color blanco y esto hace que no nos demos cuenta hasta que el problema sea demasiado complejo.
En consecuencia, con vinagre y bicarbonato podremos dejar el retrete como nuevo, radiante y sin marcas de agua incrustada en el váter. Este truco casero es fácil de realizar y el primer paso consistirá en rociar una buena cantidad de vinagre sobre las manchas marrones de la taza hasta que queden muy impregnadas.
Luego tendremos que espolvorear bicarbonato sobre las manchas húmedas de vinagre, seguido de otra rociada de vinagre sobre el bicarbonato, para luego dejar actuar 15 minutos. La limpieza del retrete continuará frotando la superficie donde está el bicarbonato húmedo con un cepillo de dientes viejo, como si lo estuvieras exfoliando. Habrá que dejar reposar por media hora y volver a frotar. Finalmente tiraremos la cadena y notaremos cómo el váter del baño quedó impecable.
