La limpieza del baño no solo debe realizarse sobre el retrete, el espejo o los azulejos, ya que la suciedad también se acumula en el cabezal de la ducha y muchas veces lo ignoramos. Por lo tanto, trabajar sobre este artefacto será crucial, ya que de ahí caerá el agua a nuestro cuerpo cada vez que nos bañamos. Al mismo tiempo, puede ser caldo de cultivo de hongos y también el espacio perfecto para la acumulación de sarro.
Esta grifería suele pasar desapercibida por su altura, por lo tanto cuando realizamos las tareas de limpieza solemos olvidarla y enfocarnos en el inodoro y lavamanos. Es por eso que te enseñaremos a limpiar el cabezal de la ducha de forma efectiva y dejándolo brillante. Para ello necesitaremos un cuenco, vinagre blanco destilado, una llave inglesa, un trapo viejo, un cepillo de dientes viejo y un paño suave.
Una vez que reunimos el ingrediente estrella y los elementos que ayudarán a limpieza, pondremos manos a la obra. Lo primero que debemos hacer es desmontar el cabeza de la ducha, girándolo hacia la izquierda. Si el sarro ha aferrado la unión, se deberá utilizar un trapo viejo para sujetarlo y girar con la ayuda de una llave inglesa. En consecuencia, tendremos el cabezal en las manos y deberemos posicionarlo en el cuento. El recipiente deberá estar lleno de vinagre blanco hasta cubrir la pieza a limpiar.
Cuando hayan transcurrido 30 minutos, tendremos que enjuagar utilizando el cepillo de dientes. Con esta herramienta se deberá trabajar sobre los orificios de la base, eliminando por completo el sarro. Una vez realizado esto, se deberá enjuagar con abundante agua fría, hasta que desaparezcan los residuos.
Luego de haber realizado el trabajo de limpieza con vinagre para quitar el sarro y posteriormente haya sido enjuagado, el cabezal de la ducha deberá ser apretado con fuerza, para que cierre bien. Después habrá que abrir el grifo durante algunos segundos, logrando así que cualquier otra impureza y residuo se vaya por completo.