La pérdida de la memoria se presenta cuando surgen inconvenientes para aprender algo nuevo y recuperar recuerdos, entre otras situaciones. Esto puede desencadenar en la enfermedad del Alzheimer, por lo tanto es vital conocer cuáles son los síntomas que surgen en las primeras etapas. En consecuencia, también resulta útil ser conscientes acerca de las consecuencias que puede generar la amnesia.
La pérdida de la memoria se produce luego de alguna modificación en las regiones del cerebro, como así también ante el daño en las mismas. Siguiendo esta línea, antes de contarte cuáles son los síntomas principales, es menester saber que un traumatismo cerebral, antecedentes genéticos o alteraciones psicológicas pueden conducir a la amnesia como así también, a posterior, a la enfermedad del Alzheimer.
Sabido esto, los síntomas principales de la pérdida de la memoria son: perder objetos personales frecuentemente; tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas; hacer las mismas preguntas en una conversación; contar varias veces la misma historia; y no recordar la realización de alguna actividad cotidiana como por ejemplo cerrar la puerta con llave. Por lo tanto, la presencia de alguna de estas señales podría significar la inhabilidad para retener información limitada durante una pequeña cantidad de tiempo, afectando a la memoria de corto plazo; o también no lograr almacenar información compleja en el largo plazo.
La pérdida de la memoria tiene distintas variables. Una de ellas es la transitoria, que consiste en el olvido de la información pero que luego regresa al cerebro, por ejemplo al momento de no acordarse el nombre de una persona. Otra alternativa es la amnesia permanente, que se presenta cuando la información perdida no se vuelve a recuperar.
Es por ello que resulta importante tomar cartas en el asunto ya que la pérdida de la memoria podría conducir a la enfermedad del Alzheimer, más allá de que no se pierdan los recuerdos en sí, sino que se pierda la forma de acceder a ese recuerdo. Esta situación se presentará ante una mala alimentación con deficiencias en las vitaminas B6, B9 y B12, tomar alcohol constantemente y en exceso, presentar problemas en el hígado o en el riñón, como así también sufrir de ansiedad.