MENTE MUJER

Mente Mujer: Dismorfia corporal, la dificultad de verse

Los jóvenes y en especial las adolescentes son el sector que más ha padecido por el confinamiento y que está más susceptible a desórdenes vinculados con la salud mental

ESTILO DE VIDA

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MENTE MUJER. Foto: EspecialCréditos: Especial

Durante la pandemia, los jóvenes y en especial las mujeres, han sido el grupo de edad que más desgaste ha padecido al no poder realizar sus actividades de forma regular, por lo que han encontrado en internet la plataforma para comunicarse y socializar, al tiempo que han desarrollado desórdenes vinculados con la salud mental como depresión, aislamiento y ansiedad. Sumado a ello, a través de las redes sociales, los modelos de belleza que quieren alcanzar se han intensificado, por lo que ahora están excesivamente en su apariencia e imagen corporal.

“Las redes sociales impactan como un reforzador, ya que constantemente se están comparando con otros cuerpos, apariencias y personas”, explica la psicóloga Cristina Cortinas Trujillo.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de Desórdenes Mentales (DSM5), el Trastorno Dismórfico Corporal (TDC) es un trastorno mental caracterizado por la preocupación obsesiva por un defecto percibido en las características físicas. De acuerdo con el doctor Matt Herrera Barrera, “las imperfecciones pueden ser mínimas o imaginarias; sin embargo, la persona puede pasar horas tratando de corregirlas. Además, puede hacerse muchos procedimientos cosméticos o ejercitarse en exceso. Los pacientes examinan frecuentemente su apariencia en el espejo, comparan su apariencia con la de los demás y evitan las situaciones sociales o las fotografías”.

“La enfermedad no distingue sexo, pero es más frecuente en mujeres debido a las altas expectativas que la sociedad y sus estándares de belleza confiere al sexo femenino”, asegura Herrera Barrera. Se sabe, además, que la edad de aparición es en la adolescencia (11 a 16 años), en donde los pacientes no tienen definida una personalidad y son más susceptibles. No obstante, la doctora Cortinas Trujillo explica que cada vez hay más hombres por la misma presión que se ejerce sobre ellos.

La distinción de la patología, va más allá de buscar cambios físicos, es necesario “canalizar al paciente al área de psicología y establecer un diagnóstico preciso, incluso previo a algún procedimiento, pero existen signos muy evidentes”. El doctor Herrera Barrera indica que cuando un paciente está sano y busca un cambio físico, “la actitud en la consulta es muy distinta, más enérgica”. 

¿CÓMO LO DETECTO?

Los procedimientos, usualmente, más pedidos por quienes padecen TDC suelen ser la rinoplastia y el aumento de busto, mientras que el riesgo de no detectar o diagnosticar a estos pacientes es sufrir “mayores transitorios debido a la no satisfacción posterior a procedimientos para una ‘mejora’”. La preocupación que este trastorno genera es un malestar significativo o deterioro en las actividades sociales, laborales o en otras áreas, incluso se puede presentar depresión, ansiedad o ideas suicidas.

SOBRE EL TRATAMIENTO

La psicóloga Cortinas Trujillo recomienda un tratamiento integral, que incluya un médico general, psiquiatra, psicólogo y nutriólogo.

La detección, en muchos de los casos, se realiza en los consultorios de los cirujanos plásticos, quienes deben “orientar a nuestros pacientes y explicar las repercusiones –o a aceptarse cómo son– y estabilizar un trastorno para poder realizar algún cambio físico con bases sólidas a partir de una aceptación individual”, apunta Herrera Barrera. El médico es el responsable de identificar y canalizar en la consulta a los pacientes sin juzgarlos, llevarlos de la mano y acompañarlos a tomar decisiones basadas en una solución psicológica, anímica y estética”.

Por su parte, los padres “deben estar pendientes de actitudes que confieran obsesiones por cambios estéticos a partir de un ánimo desbordado y con pocos fundamentos de personalidad”. Es importante escoger una edad ideal para realizar un procedimiento estético y encontrar al profesional de la salud idóneo para su atención, así como “acompañar a los hijos en sus decisiones sin perder de vista sus deseos, necesidades y su estabilidad mental y emocional”, agrega.

Finalmente, el especialista afirma que como paciente es fundamental “conocer nuestros límites, escoger a un profesional y una red de apoyo para acompañar las decisiones”.

Por su parte, la doctora Cristina Cortinas Trujillo asevera que el paciente debe acudir a todo el proceso psicológico y que cambiar la forma de verse uno mismo requiere de un gran esfuerzo, voluntad y que siempre que identifiquemos que algo “no se siente bien es porque no está bien” y es importante acudir con un especialista.

LOS SÍNTOMAS

  • Estar considerablemente preocupado con un defecto “percibido” en la apariencia.
  • Creencia de que otros perciben tu apariencia de una manera negativa.
  • Mirarse frecuentemente el espejo, arreglarse o rascarse la piel.
  • Intentar ocultar los defectos percibidos con el maquillaje o ropa.
  • Comparar tu apariencia con la de los demás.
  • Buscar la aprobación de tu apariencia por parte de los demás
  • Tener tendencias perfeccionistas.
  • Buscar procedimientos cosméticos con poca satisfacción.
  • Evitar contacto social.
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Suelen enfocarse excesivamente en una o más partes del cuerpo. Las características más comunes con las que tienden a obsesionarse:

  • *Rostro, como la nariz, cutis, arrugas, acné y otras imperfecciones
  • *Cabello, como apariencia, adelgazamiento y calvicie
  • *Apariencia de la piel y las venas
  • *Tamaño de las mamas
  • *Tamaño y tono muscular
  • *Genitales

Fuente: Clínica Mayo

RED DE CONTACTO

  • El Dr. Matt Herrera Barrera es miembro de la Sociedad Mexicana Científica de Medicina Estética y de la Asociación Colombiana de Cirugía Cosmética. Es especialista en procedimientos estéticos y reconstructivos como liposucción, lipotransferencia, aumento de mamas y top model look; además de la aplicación de botox y ácido hialurónico.

 

  • *La psicóloga Cristina Cortinas Trujillo es creadora de Ser Infinito. Estudió la maestría en terapia individual, de pareja y familia; tiene la especialidad en terapia familiar y terapia Gestalt; además se ha especializado en temas como: equidad de género, resiliencia, mindfulness, entre otras.

Por Melissa Moreno

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