La llegada de más días húmedos, el calor y el crecimiento de nuevos gajos de plantas que surgen con la primavera, puede traer consigo la aparición de caracoles y babosas en tu jardín, que no siempre pasan desapercibidos para los brotes que son de su agrado como alimento.
Si bien existen en el mercado productos de origen químico para frenar la aparición de caracoles y otros moluscos gasterópodos en los jardines hogareños, lo recomendable es apelar en lo posible a métodos de origen natural, de manera que no existan riesgos de contaminación en ni en las plantas ni en la tierra de tu espacio verde interior. Por eso, en esta nota te compartimos aquellos compuestos naturales que no son de agrado a caracoles ni babosas y que ayudarán a sacarlos de tu jardín o cantero para evitar que dañen brotes, esquejes, hojas e incluso, flores.
Cáscaras de huevo: se trituran y se dejan en tierra como formando una barrera con el material, ubicándolo alrededor de la especie que se desee proteger. Esto se logrará porque ni a los caracoles ni a las babosas no les gustan los sitios donde no haya humedad y oscuridad. La cáscara del huevo hará una especie de muro filoso donde no podrán pasar. Al mismo tiempo el jardín se verá agradecido con la existencia de una dosis extra de calcio para alimentar a las plantas.
Arena: un consejo más para evitar que las babosas y caracoles se apropien de tu jardín, es incorporar alrededor de las plantas que se quiera proteger, una especie montículo de arena de al menos diez centímetros de ancho. Se cree que la textura de la arena hace una especie de trampa para los caracoles, que verán entorpecida su marcha.
Café.: se sabe que en realidad, el aroma del café es uno de los que más detestan los caracoles y las babosas. Por eso, una buena opción es utilizar su borra para dejarla alrededor de las plantas o bien rociar la tierra con un poco de la preparación para que el aroma se haga sentir y los espante.