Existen varios motivos por lo que tu gato desarrolla caspa entre ellos el clima, la obesidad y la alimentación. La caspa, al igual que en las personas, es una descamación del cuero cabelludo que se desprende, que permanece en los pelillos y en ocasiones se cae.
Cuando la piel entra en un proceso de renovación se aumenta más rápido la cantidad de piel muerta, con esto la caspa se convierte en seborrea.
Los motivos
Clima: Este factor favorece para que aparezca la caspa debido a la resequedad de la piel. Esto se presenta en los gatos de pelo y piel claro.
Obesidad: Un gato con obesidad es menos flexible, por lo que su acicalado es más complicado por lo que se puede acumular la piel muerta en las zonas en las que no se alcanza.
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Dolores crónicos: Si el gato padece de artrosis o enfermedades dentales, como gingivitis, es posible que presenten dolores crónicos que le impedirán que se acicalen de manera normal.
Comportamiento: Si el felino tiene estrés o depresión esto es un factor para provocar un acicalamiento de manera excesiva o al revés, la falta de ganas de acicalarse por lo que se puede provocar la caspa.
Mala alimentación: Los alimentos deben tener con los ácidos grasos necesarios lo que podía provocar afectaciones a la piel del gato. Se recomienda tener una dieta balanceada para evitar estas situaciones.
Enfermedades: Los malestares en la piel como infecciones, bacterias, hongos, tiña o sarna provocan una descamación de la piel que desencadena en caspa que puede provocar picor o alopecia.
Raza: Existen tipos de razas de gatos, como los persas, que son propensas a desarrollar seborrea específica que provoca una piel grasosa y a la aparición de escamas amarillentas.
Si tu gato presenta caspa es importante llevarlo al veterinario para descartar cualquier tipo de enfermedad. Se recomienda cuidar su alimentación y cepillarlo a menudo.