El grupo musical mexicano fundado en el año 1986 por el productor Luis de Llano y Óscar Gómez, y que retomó el nombre de la icónica plaza ubicada en el centro de la ciudad de México, denominada Plaza Garibaldi, fue un éxito durante la mayor parte de los años 90 y logró traspasar fronteras no sólo en Latinoamérica sino en otras latitudes.
La agrupación integrada por Pilar Montenegro, Patricia Manterola, Luisa Fernanda Lozano, Katia Llanos, Charly López, el extinto Xavier Ortiz, Sergio Mayer y Víctor Noriega, logró en muy poco tiempo, posicionarse como una de las agrupaciones más exitosas de los 90, algo similar a lo que en su momento fue Timbiriche.
El propio productor y creador del concepto, Luis de Llano Macedo, advirtió que el grupo se convirtió en un material de exportación y éxito, con lo que echó por tierra las críticas que rodearon a los integrantes por no saber cantar y dedicarse únicamente a exponer su “cara bonita”.
“No eran ningún fraude, ellos ensayaban muy fuerte, se sabían las canciones y trataban de imitar lo más posible, pero nunca quisieron contratarlos para grabar disco porque no les querían pagar regalías”, indicó el productor en entrevista con Ventaneando a propósito de la realización de la bioserie del grupo.
Además, De Llano se sinceró y mencionó que del grupo destacaron los casos como Patricia Manterola, Pilar Montenegro y Luisa Fernanda, quienes si demostraron tablas para el canto, e incluso grabaron sus propios discos como solistas, de ellas tres, la más adelantada y quien se mantiene vigente en el gusto del público es Paty Manterola.
De sus otros integrantes no se mencionó nada sobre su talento para el canto, pero si destacó su carisma para brillar en el escenario, así como para hacer un buen trabajo junto con sus compañeras para lograr lo que fue un éxito durante muchos años.
Cruzando fronteras
Ese carisma les abrió la puerta para visitar otros países, primero en Latinoamérica donde se hicieron famosos gracias al Festival Acapulco creado por Televisa y Raúl Velasco y luego en el Festival de Viña del Mar.
El éxito y popularidad de la agrupación les tendió un puente a los Estados Unidos y después cruzaron el “charco” a Europa, Asia y África árabe.
Ese viaje causó grata impresión entre la realeza marroquí, tanto que una de las integrantes de Garibaldi, no se sabe si fue Paty o Pilar, recibió costosos regalos por parte de un integrante de la realeza, lo que los convirtió en consentidos por aquella tierras, tanto en Marruecos, como en España y Arabia Saudita, eran invitados especiales y son los únicos que pueden presumir haber cantado frente a una personalidad de ese calibre.
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