A Gaspar Henaine le tocaron los años duros en el estrellato. Mucho antes de que existieran las redes sociales, cuando una persona quería ser estrella en el cine o la televisión, debía "picar mucha piedra" para poder convertirse en una figura relevante en los teatros o en las carpas.
Esto hacía que el joven que más tarde se convertiría en Capulina, uno de los cómicos y actores más queridos de la época dorada del cine mexicano, tuviera que trabajar el doble para además sustentar sus ingresos económicos.
El amor por el la actuación la tuvo cuando su padrino, el actor Manuel Dondé, lo invitó a participar en la película Rancho chico en la que era necesario un niño con sobrepeso para subirlo encima de un burro. Debido a esto, el actor se inscribió en la Asociación de Actores, donde aprendió este arte.
A los 14 años decidió incursionar con un cuarteto musical llamado Los excéntricos del ritmo y posteriormente se unió al trío conocido como Los Trincas.
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Cuando tenía 16 años de edad, el también cantante conoció a una joven de la que se enamoró perdidamente desde el primer momento en el que la vio en la estación XEB: María Elena Frías.
Ella tenía el plan de volverse cantante, pero se vio seducida por el también cómico y ambos comenzaron un noviazgo que duró solamente tres años.
El único problema que tenían los dos era que el señor Antonio Luciano Guzmán, padre del actor, no quería que se diera esta unión y le prohibía, al menos en los primeros meses, ver a María.
"A mí sí me daban permiso y a él no le daban permiso", relató la mujer en una entrevista.
De acuerdo con Carmen, la hermana del artista, esto no se debía a una enemistad que tuviera el señor con la joven, sino que consideraba que su hijo estaba siendo irresponsable.
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El señor Antonio, un comerciante de origen Libanés, veía en su hijo a alguien con muchas ambiciones, pero que no tenía los ingresos suficientes como para poder mantener a una esposa.
Sin importar esto, Gaspar siguió fiel a su convicción y se casó con María en 1949. El actor tenía entonces 22 años de edad y faltaban al menos tres años más para que conociera a Marco Antonio Campos, hombre que se convirtió en su compañero en la dupla que le dio a ambos éxito y fortuna: Viruta y Capulina.
Al final su familia tuvo que aceptar que era mayor de edad y podía tomar sus propias decisiones. Su trabajo y éxito hicieron que a los suyos no les faltara nada, por lo que sin así quererlo la vida le dio la revancha contra las advertencias de su padre.
La decisión que tomaron ambos fue la correcta, pues aunque pasaron los años, ninguno de los dos se separó del otro y solamente la muerte pudo ponerle fin a su historia de amor el 30 de septiembre de 2011, cuando Henaine murió en un hospital de la Ciudad de México.
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