El animal nocturno pinta ya algunas canas, las arrugas achican sus ojos, pero su voz es la de una fiera y su presencia escénica es salvajemente seductora. De aquel flaco que llegó a México desde Guatemala, con sus letras, su poesía y su guitarra bajo el brazo queda un carisma que la noche de este jueves ha conquistado al Auditorio Nacional.
El tour Blanco y negro de Ricardo Arjona llega a México y esa tonalidad ha llenado de nostalgia y belleza el escenario, para muchos una hermosura que hace frontera con la cursilería, pero para muchos más es un preciosismo que sólo es posible si viene de la profundidad del amor.
El cantante ofrece un recorrido por prácticamente toda su discografía, al menos desde aquellos álbumes de los 90, cuando el éxito se medía en tiempos radiofónicos, espacios en televisión y ventas en tiendas, de la fama de ser interpretado por estrellas o tener un tema de telenovela; pasa por los 2 mil hasta llegar a las dos producciones que dan nombre a la gira que arrancó en España, siguió por Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Sudamérica y que éste viernes cierra en Ciudad de México, el país que por un largo tiempo fue una segunda patria para el guatemalteco de 58 años.
Como en todo el mundo, arranca con Si yo fuera, Morir por vivir y Ella, sigue con Acompáñame a estar solo, El problema, Sin daños a terceros e Historia de Taxi.
Olguita estaba en Mexicali, siguiendo el concierto de Ricardo Arjona por un teléfono celular, de pronto el guatemalteco se acercó, lo tomó, la saludó y le cantó a ella y a miles de mujeres: Señora de los cuatro décadas.
Y ahí están todas, ellas, las mujeres que dice él que se quitan la edad, y están las que nombran sus cuarenta y tantos con orgullo porque han costado tanto y se han gozado más. Valga decir que ese gesto del celular dibuja de cuerpo entero al cantautor y explica la entrega total de 10 mil voces coreando todas y cada una de sus canciones.
El concierto avanza por Ella y él, De la ilusión al miedo. Luego invita al escenario a Manuel Mijares para interpretar El amor que me tenía mi novia.
Arjona tienta arenas movedizas al decir que los hombres andan con miedo cuando intentan seducir a las mujeres porque pueden terminar con la chica o pueden ser llamados acosadores. Ante ello, dice, defiende: Tengo el derecho de decir que no es ninguna aberración sexual… y sigue con Desnuda.
Te conozco, Minutos y Fuiste tú son el preámbulo del gran finale: Mujeres, ese himno noventero que, justo, navega entre el blanco y negro del feminismo contemporáneo.
Lo cierto es que el animal nocturno ha salido a cazar y a conquistar un territorio que sabe bien le pertenece, habitado por una manada de admiradores que esta noche le ha dado todo
MBL