La leyenda sobre la muerte de Germán Valdez, mejor conocido como “Tin Tan”, tiene dos variantes. La única diferencia entre ambas es quién lo acompaña a la consulta médica: su hermana o su esposa, debido a que ambas se llamaban Rosalía, una Valdez y otra Julián.
En la que coinciden estas narraciones es en el diagnóstico que dio el doctor: un cáncer de páncreas que poco a poco iría acabando con la vida del artista. Desde ese momento, se había declarado que no había nada más por hacer que esperar el último de los respiros de “El Pachuco de Oro”.
El dolor que sintió día a día el actor fue insoportable. De acuerdo con el portal cancer.net, los síntomas que puede sentir alguien con este mal pueden ser los siguientes:
- Dolor constante en lo alto del abdomen o en la espalda.
- Inflamación en alguna de las extremidades.
- Ardor en el estómago.
- Fiebres y debilidad.
- Pérdida de peso.
- Inflamación estomacal.
- Una difícil decisión
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¿Por qué le ocultaron su condición?
La familia del también conocido como “La Chiva” decidió mantener esta condición en secreto para impedir que él se sintiera preocupado por lo que le ocurría a su cuerpo.
Fueron ocho meses en los que el organismo del intérprete se fue deteriorando, de acuerdo con algunos medios de la época indican que fue sometido a varias dosis de morfina al día para poder tolerar el dolor que sentía en las partes finales de la enfermedad.
Del cáncer de páncreas se derivó una cirrosis hepática, la cual coloreó de amarillo su piel y pudo haberle causado una insuficiencia en el hígado.
La muerte llegó a la vida del actor el 29 de junio de 1973 cuando perdió cualquier posibilidad de luchar contra el enfermedad de la que nunca se enteró.
No tuvo una fortuna qué heredar, pues una serie de malas decisiones financieras, la tendencia a prestar dinero a quien le pedía y la falta de trabajo lo llevaron a dejar un testamento en el que dejaba lo poco que le quedaba a su esposa y dos hijos.
GDM