FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MORELIA

18 FICM: “Almas rotas” para públicos que buscan estar completos, es la única película michoacana del festival

Juan Pablo Arroyo plantea un escenario fílmico lleno de frustraciones y miedos de los personajes a través de "Almas rotas", la única película michoacana dentro del Festival Internacional de Cine de Morelia

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Almas Rotas es el único largometraje michoacano en esta edición.Foto: Cortesía película

Desde hace 18 años, una de las máximas fiestas para el cine en nuestro país se celebra en Morelia, y precisamente de esta entidad surge “Almas rotas”, una película del director y guionista michoacano Juan Pablo Arroyo.

La cinta que fue filmada en entre paisajes de Pátzcuaro y Zacapu se estrena en el Festival Internacional de Cine de Morelia, siendo el único largometraje dentro de la sección michoacana como parte de la selección oficial de este año.

Es extraño estar sólo entre cortometrajes, pero la sección michoacana cada vez exige mejor trabajo y producción; me siento contento de estar en esta sección, es el único largometraje michoacano de una sección que ha madurado mucho”, aseveró el director.

En entrevista para El Heraldo de México, Arroyo confesó que este —su segundo largometraje— es el resultado de una profunda autorreflexión, pues al ser un guión personal, este ejercicio fílmico le sirvió para depurar sentimientos.

A la par, el realizador michoacano considera que su historia podrá conectar con todas las personas que han tenido la sensación de necesitar volver al pasado para retomar pendientes, de la vida, del amor tal vez.

Más sobre la película

 

Esta producción sigue la historia de Julián, protagonizado por Raúl Méndez, quien decide abandonarlo todo y emprender un viaje sin destino; sin embargo,  tras 10 años lejos de esa vida, decide regresar y encuentra a María —a quien da vida Daniela Zavala—, la que una vez fuera su mujer, acompañada de Santiago, interpretado por Andrés Montiel, un escritor en quien ella ha encontrado un refugio.

Al regresar se encuentra con su esposa y se genera más que un triángulo amoroso y destructivo”, enfatizó el director.

Arroyo asegura que la mayoría de veces hay sentimientos del pasado, y experiencias muertas que se buscan revivir, pero  considera que en ocasiones "es mejor dejar a los muertos en su lugar".

En este sentido, al preguntarle sobre una palabra que describiera a esta obra, destacó que “desesperanza” sería indicada, pues su película es un gran drama que inicia con enormes deseos que al poco tiempo se ven fragmentados con el dolor, como sucede a veces en la vida real.

Empieza con esperanza, pero se va resquebrajando en el proceso narrativo, hay muertos que es mejor dejarlos donde están”, enfatizó.

A través de una estructura narrativa dinámica y respetuosa con el público, sin dejar de lado la psicología humana, Juan Pablo Arroyo plantea un escenario fílmico lleno de frustraciones y miedos de los personajes, mismos que buscan reflejar sus “Almas rotas” en los públicos que también buscan estar completos.

Por Estefanía Arreola