ROCK

México 68: El álbum perdido del rock mexicano

México fue precursor del rock en español; pero este género estaba fuera de tendencia a finales de los sesenta

ESPECTÁCULOS

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1968 fue un año clave en la historia moderna. Foto: Especial.

Pensar en 1968 es hacerlo sobre el año en que la humanidad tomó una conciencia a nivel mundial. Las corrientes artísticas tuvieron un fuerte impacto en los jóvenes de aquellos años, mismo que plasmaron en pinturas, esculturas, literatura y, sobretodo, en la música.

Este año es recordado por las protestas por los derechos civiles en los Estados Unidos, el Mayo Francés, la invasión que la URSS perpetuó en Checoslovaquia y que se conoce como la "Primavera de Praga". Así como el movimiento estudiantil que se gestó en México, terminando de forma funesta en la noche de Tlatelolco.

1968 también fue un año crucial para la música. Muchos de los álbumes más revolucionarios e influyentes de la historia se grabaron en ese año. The Beatles, en medio de una crisis interna, editó el "Álbum Blanco"; Johnny Cash se metió al infierno de la cárcel de Folsom para grabar el mítico "At Folsom Prison". Los Rolling Stones hicieron un pacto con el Diablo en "Beggars Banquet". Antes de su caótica muerte, Jimi Hendrix revolucionó la forma de usar el estudio de grabación con "Electric Ladyland". The Pretty Things lanzó la primera ópera rock con la historia de "SF Sorrow".

México, precursor del rock en español

México no se vio ajeno a estos estímulos y una pequeña banda realizó lo insólito.

Si bien, el rock había entrado con fuerza en México a inicios de los años sesenta, hacia finales de la década este género no era la tendencia en la radio. 

El "Hit Parade" lo dominaban baladistas, música regional y algunas bandas extranjeras que eran aceptadas por las autoridades mexicanas. En ese momento, eran pocos los grupos nacionales que se animaban a cantar en español, pensaban que el rock se tenía que cantar en su idioma de origen. 

El Tarro de Mostaza fue la excepción. El grupo se formó en el apartado puerto de Poza Rica, Veracruz. Pronto tomaron cierta notoriedad por firmar un contrato discográfico con Capitol Records, compañía encargada de editar los discos de The Beatles en Norte América.

La bomba estalló cuando presentaron su álbum debut homónimo. "El Tarro de Mostaza" fue grabado cuando el mundo musical atravesaba por la efervescencia de la música psicodélica. Este género impregna el álbum y lo combina con maestría al abordar temas de inquietud juvenil.

Portada original del álbum. Foto: Discogs.

El disco abre con la canción "Obertura/Brillo de Luz", un extenso tour de force de 19 minutos, donde destaca un hipnótico órgano que recuerda a Iron Butterfly. También se puede considerar como un tema precursor del rock progresivo hecho en México

La segunda parte del disco (o la Cara B en el formato de vinilo) se compone de una serie de canciones cortas. "El Ruido del Silencio", es un garage rock duro, con una guitarra altamente distorsionada. La metáfora del título podría ser la respuesta a los movimientos juveniles de aquel año. Mientras que "Amor por Teléfono-Billo de Luz (Reprise)", nos recuerda que los años sesenta mexicanos también fueron muy inocentes. Todo está dicho, pero el último corte es hermosísimo. "La Fuente del Jardín", asombra por su ritmo lento y su letra de amor perdido.

Por desgracia, "El Tarro de Mostaza" fue ignorado por el público mexicano. Parecía muy adelantado para ese momento. Sin embargo, el álbum logró notoriedad en Europa. Al grado de ser considerado como uno de los mejores álbumes de ese año.

Un disco de culto

Actualmente, la edición original de vinilo es un artículo muy cotizado por los coleccionistas. Por suerte, el álbum ha sido reeditado en formato CD y algunas canciones están disponibles en plataformas digitales. "El Tarro", allanó el camino para el desarrollo del rock mexicano en la década de los setentas. Un disco que hay que rescatar del olvido.

El álbum fue editado por Capitol Records. Foto: Discogs.
El lado B tiene canciones más cortas y menos experimentales. Foto: Discgos.

Por RODRIGO CASTILLO.