¿Qué se está haciendo en Guerrero para lograr que deje de ser un estado inseguro y violento? Guerrero, un estado que por años ha sido referente de violencia e inseguridad, está mostrando señales claras de transformación. Las cifras recientes reflejan una reducción del 54% en homicidios dolosos y una baja sostenida en delitos de alto impacto. Pero, ¿qué ha cambiado en la estrategia de seguridad para lograr estos avances?
Resultados que respaldan el cambio Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que Guerrero ha salido del grupo de estados con mayor incidencia en homicidios dolosos, registrando actualmente 2.4 víctimas diarias, lo que lo coloca en el noveno lugar nacional, alejándose de los primeros puestos que históricamente ocupaba.
El caso de Acapulco, que en 2023 fue considerada una de las ciudades más violentas del mundo, es particularmente notable: ha reducido su tasa a 1.1 homicidios diarios. Ciudades como Chilpancingo, Iguala y Zihuatanejo también han logrado reducciones importantes, mientras que Taxco de Alarcón reporta una disminución del 100% en homicidios en lo que va del año.
Otros delitos de alto impacto también han disminuido: Narcomenudeo: 0.39 casos diarios, muy por debajo de la media nacional de 9.06. Robo de vehículos: Reducción del 35%, con mayor recuperación de unidades. Secuestro: Solo una carpeta de investigación registrada en febrero. Una estrategia coordinada desde el gobierno federal.
Impulso a la estrategia impulsada por Sheinbaum
Uno de los factores clave en estos avances ha sido la implementación de la estrategia de seguridad impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, que ha priorizado la inteligencia operativa, la presencia territorial y la coordinación con los gobiernos estatales. En Guerrero, esta estrategia se ha articulado a través de la Mesa de Construcción de la Paz, que sesiona diariamente con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, junto con fuerzas federales y estatales.
Este modelo ha permitido una mejor planificación de operativos, despliegue efectivo de las fuerzas de seguridad y atención inmediata a zonas de alto riesgo. El uso de inteligencia policial y herramientas tecnológicas ha sido clave para identificar y detener a objetivos prioritarios, reducir la presencia de grupos criminales en espacios públicos y mejorar la seguridad en municipios estratégicos.
La coordinación entre los tres niveles de gobierno ha sido fundamental para la ejecución de operativos exitosos y la disuasión del crimen organizado. Menos conflictos sociales, más estabilidad Además de la reducción en delitos, Guerrero ha logrado un entorno más estable en términos de gobernabilidad. Las manifestaciones han disminuido un 50% en los últimos tres años, lo que refleja una menor conflictividad social.
Cambio de estrategia se basa en el diálogo
Este cambio responde a una estrategia basada en el diálogo, evitando medidas represivas y privilegiando el acercamiento con los sectores que históricamente han encabezado protestas. El sector educativo y el laboral siguen siendo los más activos, pero las negociaciones y mesas de trabajo han permitido soluciones más efectivas.
Avances en atención a la violencia de género
En materia de protección a las mujeres, Guerrero ha fortalecido sus estrategias de atención y respuesta inmediata. El Protocolo Violeta, implementado en 2022, ha demostrado ser una herramienta efectiva con un 93% de éxito en la localización de mujeres reportadas como desaparecidas, logrando la ubicación de 629 mujeres desde su puesta en marcha. Si bien el estado mantiene retos en la reducción de delitos de género, el fortalecimiento de mecanismos de atención y protección sigue siendo una prioridad, con estrategias enfocadas en la prevención, la atención integral y el acceso a la justicia.
¿Puede Guerrero dejar de ser un estado inseguro? Los avances recientes muestran que Guerrero está en una etapa de transformación real. La combinación de operativos más precisos, uso de inteligencia y un modelo de gobernabilidad basado en el diálogo, enmarcados en la estrategia de seguridad del gobierno federal, han generado una tendencia sostenida a la baja en los índices delictivos y los conflictos sociales.
Si bien aún hay desafíos por delante, el estado ya no es el mismo de hace algunos años. La coordinación entre el gobierno federal y el estatal está dando resultados, marcando un camino hacia un Guerrero más seguro, estable y con mejores condiciones de vida para sus habitantes.
