Marcela Martínez, presidenta de la Cámara Nacional del Maíz Industrializado, habló sobre la entrada en vigor del decreto presidencial que mantiene bloqueadas las importaciones de maíz transgénico y establece la prohibición progresiva del glifosato hacia 2024.
En entrevista con Darío Celis en el programa Tiempo de Negocio de El Heraldo Media Group, explicó que hay diferentes factores externos que influyen en la producción de maíz en el mundo, como el conflicto de Rusia con Ucrania y la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, anotó que el organismo que dirige toma esto como una oportunidad para poder alcanzar metas. Dio como ejemplo el acuerdo que firmaron con el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo para impulsar la producción en México.
Indicó que una de esas oportunidades es crecer la producción de maíz en el sur del país para aumentar el abasto de este producto en el país. Recordó que México consume 45 millones de toneladas, pero solo se produce internamente 27 millones; el resto es importado.
Expuso que tendrían que generar, junto con los gobiernos, las condiciones para poder generar programas de ejecución en diferentes aspectos. “El sur no tiene infraestructura y tenemos que construirla. Obviamente el reto no es sencillo, pero el trabajo colaborativo nos va a permitir hacerlo”, detalló.
Por ello, advirtió que tendría un efecto nocivo el decreto que prohíbe la importación de maíz genéticamente modificado. Mencionó que este producto podría evitar que se siga importando maíz y sólo abastecer al país con la propia producción.
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