El Banco Mundial recortó su previsión de crecimiento para México en 2023 y lo ubicó en 1.5 por ciento, esto es, 0.7 puntos menos que su estimación del mes de abril.
En su reporte “Nuevos Enfoques para Cerrar la Brecha Fiscal”, señaló que para 2022, la estimación es también ligeramente menor 0.3 puntos y lo ubicó en 1.8 por ciento.
Cabe señalar que el Banco Mundial ve una mejora para 2024, para la economía mexicana pues estimó que crecería 2.1 por ciento, una ligera mejora de 0.1 puntos que su estimación de seis meses atrás.
Al respecto, en conferencia, William Maloney, economista en jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, reconoció que el crecimiento aún es moderado, pero descartó que México enfrente una recesión.
Incluso descontó que Estados Unidos llegue a una recesión económica. Aunque, consideró que el bajo desempeño de la economía estadounidense puede afectar a las economías de la región.
Para la región Latinoamericana, el organismo internacional prevé una disminución del crecimiento para 2023, y estima que será de 1.6 por ciento, esto, resultado de la desaceleración de los precios de las materias primas.
Para este año, prevé que la región crezca un poco más y pronosticó un crecimiento del 3 por ciento. Por arriba del 2.3 por ciento, estimado en abril.
En el documento, el Banco Mundial consideró que “en la mayoría de los países, el producto interno bruto (PIB) y el empleo recuperaron los niveles de 2019, aunque las tasas de crecimiento previstas podrían describirse como “resilientemente mediocres”.
Más allá, consideró que “no se espera que el crecimiento supere el bajo nivel observado en la década de 2010”, es decir, más de una década de retraso.
Sobre la inflación, dijo que esta es el nuevo “huésped” de la región cuyo promedio es del 6 por ciento, lo que muestra que los bancos centrales han aplicado una política económica restrictiva más agresiva para tratar de controlarla.
Y más allá, comentó que México ha combatido la inflación de manera eficiente, “el banco central es bastante competente”.
Por otra parte, “los sistemas bancarios parecen estar sanos y las cargas de deuda crecientes son manejables por el momento. La pobreza en términos de ingreso (pobreza monetaria) en general retrocedió con la recuperación económica”.
Aunque advirtió que “las secuelas a largo plazo de la pandemia, en términos de educación y salud, plantaron las semillas de la desigualdad futura”.
Por ello, recomienda llevar a cabo las reformas estructurales necesarias para lograr un mayor nivel de crecimiento y reducir la pobreza.