El amor al futbol es algo que sobrepasa las distancias, así como el tiempo. Estos es algo que de sobre sabe Claudio Suárez, uno de los jugadores más emblemáticos de la historia del balompié mexicano.
Dos horas y media eran las que tenía que recorrer día a día el defensa para acudir a sus entrenamientos con Pumas, pero la garra que tenía por el deporte lo hacían migrar día a día entre ambas zonas del país.
Fue su lugar de origen lo que promovió que lo comenzaran a llamar "Emperador", debido a que sus compañeros hallaron el chascarrillo entre la cercanía que tenía su casa con las pirámides de Teotihuacán.
Sin embargo, lo que no se podía determinar en ese entonces, hace ya aproximadamente 34 años, es que el mote se convertiría en una muestra de su maestría frente al balón.
El futbol de México no es reconocido a nivel mundial : Claudio Suárez
Un delantero nato
Si bien inició como delantero en un partido contra Morelia, su presencia en la cancha y versatilidad le dieron la oportunidad de estar en distintas posiciones. Sin embargo, los felinos de la UNAM solían colocarlo como lateral.
No fue hasta que debutó con la Selección Nacional que se le dio la misión de convertirse en defensa central, el más confiable dentro de la última línea de contención.
En ese entonces César Luis Menotti era el entrenador que dirigía al conjunto nacional, aunque el que tuvo la idea de colocarlo en el puesto que lo convirtió en el mejor número dos que ha tenido el país fue Jorge Campos, quien había sido convocado antes que él para el equipo que representó al país en los 90.
De acuerdo con el mismo Suárez, llegó al equipo casi por casualidad gracias a una campaña que hicieron los primeros seleccionados en Tlaxcala. La suerte jugó en contra de cuatro jugadores, quienes se lesionaron en los entrenamientos que llevaba a cabo el TRI para el Mundial de Estados Unidos 94.
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Un emperador en la defensa
Fue entonces que Menotti se quedó sin varios de los elementos con los que pretendía hacer una gira en Europa para preparar al conjunto en ocho partidos. Gracias a la sugerencia de Campos, quien conocía a Suárez por ser su compañero en Pumas, "El Emperador" pudo debutar en un partido amistoso contra El Salvador.
Pese a esto, el director técnico poco a poco lo fue moviendo a la posición que solía manejar en la escuadra universitaria. Cuando el entrenador dejó el equipo, Miguel Mejía Barón tomó el mando de la Selección en 1993. En sus primeros partidos de la temporada replicó la fórmula que el argentino tuvo en la temporada 90-91.
No obstante, cuando Abraham Nava, quien era el central del conjunto, se lesionó, Claudio asumió su papel como el último bastión en la defensa del representativo mexicano. No volvió a jugar otro partido profesional fuera de este punto que fue su centro y lo hizo leyenda.
La FIFA reconoce 117 partidos oficiales con el TRI jugador por Suárez, en los que anotó siete goles y salvó la portería de México de cientos de ellos. En total tiene 615 juegos como profesional, así como 55 anotaciones. Fue indiscutible para los Pumas de la UNAM, las Chivas del Guadalajara, Tigres, así como Chivas USA.
Desde el 1992 fue convocado en todas las selecciones que defendieron el escudo mexicano en los mundiales o en sus eliminatorias, aunque su aparición en Corea-Japón 2002 se vio opacada por una lesión que lo dejó lejos del banquillo. Fue convocado en las justas mundialistas de 2004 y 2006, aunque solamente jugó un partido en la última de estas copas. Además de esto, fue vital para la escuadra que ganó la Copa Oro CONCACAF en los años 1993,1996 y 1998, así como la Copa FIFA Confederaciones de 1999.
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