BOXEO

Canelo Álvarez vs Saunders: Un Cinturón Mestizo lleno de sacrificios

Vianey se abrió paso en la talabartería, un trabajo de hombres; creó el cinto de la pelea del “Canelo”

DEPORTES

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El Cinturón Mestizo incluye una escaramuza para representar a la mujer. Foto: EspecialCréditos: Foto: Especial

Vianey Rebeca Flores y su esposo, Raúl Pérez Carmona, son talabarteros especializados en piteado, sus manos y creatividad hicieron posible el "cinturón mestizo" destinado a la pelea de box entre Saúl "Canelo" Álvarez y Billy Joe Saunders y así festejaron 32 años de matrimonio y de enfrentarse a la adversidad y a un mercado donde casi no entran mujeres.

A los 13 años, talabartera profesionalizada en piteado, agarró su primer cuerito para hacer un bordado cualquiera, no le costó trabajo. Su padre y abuelo notaron en ella destreza y la dejaron aprender la profesión y abrirse paso en un negocio donde casi no hay mujeres.

"A mi papá siempre le decía a qué juegas, se enojaba, me decía no juego, yo trabajo y decía pero a ver cómo le haces y un día me dejó hacer unos pininos en una piel y vio que lo hice bien y ya me dio el entusiasmo de hacerlo", compartió.

La talabartería se coló a la familia de Vianey en el año de 1912, cuando su abuelo Joaquín, llegó a la Hacienda de San Bernardino en Toluca buscando salir adelante, ahí fue instruido en el arte de la talabartería y en el piteado, es decir, el bordado con pita. Cuando la hacienda cerró, don Joaquín tuvo que buscar trabajo afuera en esta misma rama.

En la capital mexiquense para entonces había talabarterías como La Palestina o El Potro Negro, que eran de renombre, él les bordaba o piteaba a ellos; el oficio pasó a su papá, a cuyo taller llegó un adolescente de entonces 15 años, era Raúl Pérez Carmona, quien se convirtió en esposo de Vianey, quien aprendió a bordar con pita.

Cuando les tocó a ellos ser la tercera generación en el piteado, ya no había talabarterías en Toluca, así que tuvieron que abrirse un espacio y hoy casi son los únicos talabarteros piteadores especializados en cinturones, montaduras, fundas para pistolas y celulares y otros artículos para la charrería.

Sus clientes son únicos, porque cada uno pide un trabajo diferente que les exige poner en práctica sus diversas habilidades, Vianey es la que se encarga de hacer los diseños, de dibujar las ideas que les llevan, Raúl, es quien plasma en el cuero los bordados con pita.

Calificaron su trabajo de una obra de arte única,  pues aunque vuelvan a realizar el mismo diseño, cada vez será diferente porque todo lo hacen de manera rústica y manual, desde la selección de la piel en Iguala, Guerrero, la preparación, el teñido, la elaboración del diseño y el bordado.

El trabajo que han hecho y los premios que han logrado en conjunto a nivel nacional con el piteado y la talabartería, les permitieron que fueran ampliamente recomendados para elaborar un cinturón para el Consejo Mundial del Boxeo (CMB).

Los buenos resultados los llevaron a ser los elaboradores del "cinturón mestizo", para una pelea de box que para ellos es muy importante para sus carreras en la talabartería y un premio a la dedicación y el esfuerzo que ya no pudo ver cristalizado el padre de Vianey, quien murió hace siete años y fue quien les inculcó la profesión.

"Nada más cuando digan nuestros nombres será la culminación de haberle dicho a mi papá que si servía para esto, porque mi papá dijo ¿talabartera una mujer? yo creo que no, pero sí, no lo pudo ver en persona pero sí... la primera vez que agarré un cuerito y me puse a bordar tenía 13 años, lo agarré como diversión y para ver que podía hacer, nunca pensé que podríamos hacer tantas obras de arte":

Para ambos fue una sorpresa darse cuenta en manos de las figuras en las que podría quedar su creación con temática en la charrería, que incluye cuatro suertes charras, entre ellas una escaramuza para representar a la mujer, dos caballos frisones y alrededor de 30 flores con ornato.

Por Gerardo García

dza