Barcelona conquistó su título número 31 en la Copa del Rey tras golear en la ciudad de Sevilla 0-4 al Athletic de Bilbao, en lo que puede ser la última final de Lionel Messi con el cuadro catalán.
El conjunto blaugrana comenzó dominando los primeros 20 minutos, teniendo en su capitán en el motor de las jugadas ofensivas y en el principal aporte a los pases dentro del área.
Así, apenas al minuto 4, le entregó una pelota medida a Frenkie de Jong, que en una posición franca ante la portería, estrelló su disparo al poste.
Al 10’, una combinación entre el astro argentino y Antoine Greizmann, terminó en los pies del 10, cuyo disparo fue desviado.
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A partir de esa jugada, el Athletic se asentó más a la defensa, empezó a cortar las jugadas al rival, a cerrar aún más los espacios y a buscar el pase largo y abierto, sobre todo por el lado izquierdo en la velocidad de Inaki Williams.
Al 48’, de nuevo Barcelona avisó en un pase de Messi a Dest que mandó un centro por la derecha a Griezmann, cuyo remate fue atajado por el portero Unai Simón.
El portero empezó a ser figura, ya que en jugadas consecutivas le atajó disparos a Pedri y Sergi Busquets.
Después de tanto insistir, finalmente cayó el 0-1 blaugrana, al 59’, en una combinación entre Messi, De Jong y un centro por derecha, que ahora sí, remató de manera eficaz Griezmann.
Tres minutos más tarde, llegó el 0-2, en un centro por izquierda de Jordi Alba que remató de cabeza De Jong.
Al 67’, se hizo la anotación esperada del 10 argentino, en una serie de pases con sus compañeros, y definiendo en el área, tras un recorte, con un disparo pegado al poste. Y al 71’, de nuevo el capitán, esta vez a pase de Jordi Alba, tras otra gran acción colectiva.
Messi superó a Telmo Zarra como el máximo goleador en las finales de Copa del Rey con nueve anotaciones y logró su título número 7 en la competencia, empatando a su compañero Gerard Piqué.
Por Óscar Zamora
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