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Beatriz Espejo vive entre "Cuentos reunidos"

Con 85 años, la escritora la escritora mexicana habla de la nueva edición de sus "Cuentos reunidos", que incluye cinco relatos que permanecían inéditos

Beatriz Espejo vive entre "Cuentos reunidos"
La escritora la escritora mexicana Beatriz Espejo Foto: Foto: Universidad de Guadalajara

Hace unos 15 días, Beatriz Espejo (Veracruz, 1939) se detuvo en la escritura de sus memorias. Su relato había llegado a la muerte de su esposo, el escritor y crítico literario Emmanuel Carballo (1929-2014), y no pudo seguir. “Voy a continuar cuando logre que se me pase un trauma, la muerte de Manuel para mí fue espantosa, fue como si me partieran en dos, como si hubiera perdido un brazo, una pierna, la mitad de mi cerebro”, dice.

La escritora de 85 años todavía no sabe cuál será el título del libro de sus recuerdos: “No sé si llamarle Memorias a secas, En el tren del olvido, como la canción, no sé”. Lo cierto es que, de alguna manera, lo vivido siempre ha estado presente en su escritura, de ahí han salido los personajes más entrañables de sus cuentos y los argumentos para experimentar en ese género, el del relato breve, donde siempre se sintió más cómoda.  

“Mi mamá, desde que era muy niña, me daba cuentos. Los cuentos llegan de cualquier parte, con personajes, con atmósfera, con tema, con todo; cada cuento es una especie de milagro para que lo encuentres”. Los de ella aparecen ahora en “Cuentos reunidos” (FCE, 2014), volumen que reúne sus libros “Muros de azogue” (1979); “El cantar del pecador” (1993); “Alta costura” (1997); “Marilyn en la cama y otros cuentos” (2004); “Todo lo hacemos en familia” (2019), y cinco cuentos nuevos más.

Espejo fue, sobre todo, una escritora diurna y en todo momento, una gran lectora. De niña leía las “novelitas cortas” que publicaba cada mes la revista “Vanidades” de Corín Tellado, “eran una porquería porque todas eran iguales”. Después, se interesó por autoras como Jane Austen, las Brontë, Katherine Mansfield, Ann Porter, Rosario Castellanos o Luisa Josefina Hernández, “esas fueron las escritoras que más me influyeron”.

Los cuentos fueron brotando casi de manera lógica, impulsados por “una parentela que arrastro como cola de un traje de novia”, anécdotas propias y simples recuerdos: “chispazos, una noticia periodística, una lectura, una anécdota inquietante, una reflexión largamente guardada, una imagen recurrente, una pesadumbre, un asunto cualquiera que se quedó ahí antes de trabajarlo en la dicción”.

-¿Qué tanto sigue escribiendo cuentos?, “Pues lo he dejado por la paz, quizá me gustaría terminar con un cuento dedicado a Miguel Hidalgo y Costilla, por lo cual necesito documentarme mucho y poder escribir algo que sea a la altura de este maravilloso personaje”. -¿Y por qué sobre él? “Porque es el personaje de la historia de México que más me ha interesado siempre”, responde.

Aún cuando Espejo se dedicó a cultivar el relato con más ahínco también es autora de ensayos, textos para niños, traducciones y novelas como “¿Dónde estás, corazón?”, su libro más entrañable, que no tuvo la promoción que esperaba porque coincidió con la partida de Carballo. 

Para sobrellevar la ausencia de su esposo, la escritora intentó retomar su vida social:

“Me dediqué a invitar amigos a comer, a salir de vez en cuando, a ir a la Universidad para seguir trabajando, a proteger a mi hijo, eso fue lo que hice, gracias eso estoy viva”. Pero jamás quiso casarse otra vez: “Emmanuel había dejado un estandarte muy alto y no quise casarme con ningún hombre que no tuviera su inteligencia”.

Es como si la presencia de su esposo no quisiera abandonarla. Ahí están también, por ejemplo, los miles de libros que ambos acumularon y para los que no ha decidido un destino.

“No sé qué hacer con ellos. Una (biblioteca) es enorme, y otra, si no es enorme, es bastante grande, una está en México y la otra está en Valle de Bravo, en Avándaro. No sé si regalarlas, si donarlas, si ofrecerlas a alguna universidad, no sé”. 

 

A DETALLE

  • Beatriz Espejo nació en el Puerto de Veracruz el 19 de septiembre de 1939
  • Ha sido también investigadora en el Instituto de Filológicas de la UNAM
  • Fue becaria del Centro Mexicano de Escritores y de El Colegio de México. 


FOTO: UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

MAAZ

 

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