Baja California es uno de los estados más jóvenes de la República Mexicana. Junto con Baja California Sur y Quintana Roo, se anexionó al pacto federal se dio apenas a mediados del siglo pasado.
Concretamente, Baja California se convirtió en el estado 29 en 1952, aunque ya había formado parte de la unión desde la época de la Colonia, cuando se desvinculó de la Alta California, que se incorporó a Estados Unidos.
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Braulio Maldonado, el primer gobernador de la entidad, se dio a la tarea de realizar concursos para crear el escudo y el himno, los cuales deberían reflejar la identidad del territorio y su amplia riqueza natural y cultural.
Entre los elementos de identidad también se pensó en un traje típico. Las primeras investigaciones revelaron que los pueblos originarios de Baja California empleaban faldas hechas con la corteza del sauce y pectorales de chaquira, por lo que se pensó en algo más acorde con las ideas contemporáneas.
Un traje típico con 70 años
En 1954, el gobierno del estado realizó un concurso en toda la entidad para encontrar el traje que representaría a las bajacalifornianas en el país, y que competiría en belleza con los atuendos de tehuanas, coras o mayas.
Así, se recibieron 26 propuestas desde Mexicali, Ensenada, Tijuana y Tecate, resultando vencedora la Flor de Cucapá, una vestimenta realizada por María de la Cruz Pulido e inspirada en la diversidad del estado.
¿Cómo es el traje típico de Baja California?
La Flor de Cucapá, el vestuario típico del estado donde inicia la patria, consta de cinco piezas, hechas con manta blanca. La primera de ellas es una falda redonda, rematada con detalles marinos y holandas, las cuales representan el mar de California, además de cactus, por sus desiertos.
También tienen el bordado de una máscara con los ojos cerrados, que representa a los nómadas de la región que jamás fueron conquistados. La blusa cuenta con el bordado de una mujer con los brazos abiertos, mientras que el cinturón representa las carreteras del estado. Lo remata un rebozo blanco, que retoma el espíritu del viento de la región.