HISTORIAS DEL CINE

Johnny Weissmüller: rey de la selva, rey olímpico

Además de ser el primer y más famoso Tarzán del cine, el actor y atleta estadounidense también fue el hombre más rápido de su tiempo en la piscina

CULTURA

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Johnny Weissmüller fue una leyenda del deporte y del cine.Créditos: Wikimedia Commons

Destacar en el deporte no es fácil, menos aún es llegar a los Juegos Olímpicos. Pero ser un múltiple medallista de oro y, además, convertirse en una verdadera leyenda del cine ha estado a la mano de una sola persona.

Y es que Johnny Weissmüller, el famosísimo Tarzán de los Monos de los primeros años de las grandes producciones del cine, también fue una leyenda del olimpismo. De hecho, fue el primer ser humano en nadar los 100 metros estilo libre en menos de un minuto.

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Su grito característico no solo ayudó a su personaje, de muy pocas palabras, a entrar de la mejor forma posible en el cine sonoro: también se dice que, debido a su constitución física, era el único que podía hacerlo.

Casado en algún momento con la estrella mexicana Lupe Vélez, la vida particular de esta estrella de la piscina y del Séptimo Arte es tan increíble que solo pudo haber sido acuñada en Hollywood.

Un pequeño rebelde

Nacido en la actual Rumania, Johnny llegó a Pensilvania, Estados Unidos, cuando tenía solo siete meses de edad, por lo que su nacimiento europeo es básicamente documental. Ocho meses después llegaría al mundo su hermano Pete que, sin querer, tendría un gran papel en su desarrollo como deportista.

Weissmüller fue el primer humano en nadar 100 metros en menos de un minuto. Foto: Wikimedia Commons

De hecho, Elisabeth, su madre, no quería que su hijo mayor compitiera en ningún deporte. Por esta razón, Pete se presentaba al registro y Johnny realizaba las competencias, lo que le permitió integrarse al equipo olímpico de Estados Unidos.

Lo de leyenda se le queda corto al gran Tarzán sonoro. Ganó cinco medallas de oro en natación en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, cada una rompiendo el récord anteriormente establecido. No conforme con ello, ganó una medalla más de bronce como parte del equipo norteamericano de waterpolo.

A lo largo de su carrera, impuso 50 récords de natación. Foto: Wikimedia Commons

Durante sus años de competencia, ganó 52 competencias nacionales, impuso 50 récords de natación, tanto estilo libre como dorso, y puso su nombre en la historia al ser el primer humano en nadar 100 metros en menos de un minuto.

Del agua a la jungla

Su imagen y la fama que ganó a pulso en la piscina lo llevó de forma más o menos natural a Hollywood, donde fue el perfecto sucesor de James Pierce, quien interpretó a Tarzán durante la época del cine mudo.

De hecho, su grito, nacido de un juego infantil con su hermano, se ha convertido en sinónimo del Rey de los Monos, al menos en las diversas versiones, tanto animadas como live action, que se han hecho para la pantalla grande y la televisión.

Weissmüller protagonizó más de 30 películas. Foto: Wikimedia Commons

“¿Cómo es que un chico que trepa árboles y dice ‘yo, Tarzán, tú, Jane’, ganar un millón de dólares? El público perdona mi actuación porque saben que yo era un atleta. Ellos saben que no quería convencerlos”, señaló en una entrevista.

Lo cierto es que Weissmüller participó en 34 películas y estelarizó “Jim de la Selva”, una de las series de televisión consideradas pilares de la época dorada de este medio. En 1960, su carrera fue inmortalizada con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Un amor mexicano

Weissmüller se casó en varias ocasiones, pero ningún matrimonio fue tan pasional como el que tuvo con la estrella mexicana Lupe Vélez. De hecho, antes de su separación, ella confesó que había matado a su perro, a lo que el norteamericano respondió matando al loro de su exesposa, quien siempre lo llamaba como el antiguo marido de la Vélez, Gary Cooper.

El histrión entró al Salón de la Fama del olimpismo en la década de los 60. Foto: Wikimedia Commons

Tras retirarse, el fantástico actor y atleta eligió México como el lugar en dónde pasar sus últimos años. De hecho, murió en el país en 1984 y fue enterrado junto con una grabación de su icónico grito con el que reclamó, para siempre, el trono de la jungla.