Historias del cine

Shelley Duvall: la actriz que nunca tuvo miedo

Contrario a lo que se cree, Duval no se retiró tras la traumática experiencia de El Resplandor, pues tuvo una brillante carrera

Shelley Duvall: la actriz que nunca tuvo miedo
La actuación de Shelley Duvall en El Resplandor es una de las más recordadas de su carrera. Foto: Especial

Olvida la historia, narra la leyenda. Palabras más o menos esta frase, de la película El hombre que mató a Liberty Valance, dirigida por John Ford, ayuda a explicar algunas de las vidas más interesantes de Hollywood, las cuales parecen reducirse a una sola escena.

Algo así pasa con Shelley Duvall, la galvánica actriz que quedó marcada en las mentes de los cinéfilos como la sufriente esposa de Jack Torrance en El Resplandor, producción en la que fue a menudo torturada por otro psicópata, Stanley Kubrick.

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Incluso una mentira muy aceptada es que Duvall se retiró de la actuación después de su cruce con Kubrick, a quien supuestamente odiaba a muerte por la enfermiza obsesión del cineasta con la perfección.

A diferencia del periodista de El hombre que mató a Liberty Valance, también conocida como Un tiro en la noche, aquí no se cuentan leyendas, sino historias. Y esta es la de Shelley Duvall, la actriz que jamás tuvo miedo.

Actriz por casualidad

Nacida en Texas, la espigada Shelley Duvall nunca quiso ser actriz. De hecho, la oportunidad se le presentó en una fiesta, la cual había organizado para ayudar a vender las pinturas de su entonces esposo, Bernard Sampson.

Era 1970 y en dicha fiesta coincidió con Robert Altman, director de películas como M.A.S.H. o Las reglas del juego, y quien se fijó en las facciones particulares de esta joven y alta mujer, a quien la crítica llamó la “Buster Keaton femenina”, por su aparente falta de expresiones.

La participación de Duvall en Tres Mujeres le abrió las puertas de Hollywood. Foto: AFP

Ese mismo años hizo su debut en la gran pantalla en la cinta Brewster McCloud y su magnetismo le ayudó a ganarse un lugar preponderante en el llamado Nuevo Hollywood. En 1974 se divorció y años más tarde salió con Paul Simon, de Simon & Garfunkel, y con Ringo Starr.

Fue su participación en la cinta Tres Mujeres, de 1977, la que llamó la atención del hombre que, con perdón de Altman, cambiaría radicalmente su vida, o por lo menos lo que se deja contar de ella: Stanley Kubrick.

Con Kubrick en el infierno

Sobre el rodaje de El Resplandor se han escrito millones de artículos, en especial sobre la relación que tenía Stanley Kubrick con Duvall quien, ya para ese entonces, tenía un rol de estrella consolidad que incluso llegó a colaborar con Woody Allen en la cinta Annie Hall.

Desde el principio se sabía que las cosas iban a estar intensas. En una de las primeras entrevistas sobre esta cinta, Kubrick dijo que amaba ver llorar a Shelley Duvall, y vaya que lo hizo varias veces sobre el rodaje.

Su colaboración con Kubrick fue una de las últimas que hizo en filmes dramáticos. Foto: AFP

Se dice que una de las escenas más icónicas de la cinta, donde Jack, interpretado a la perfección por Jack Nicholson, entra con un hacha en la habitación en la que se esconde su esposa, se repitió más de 170 veces, sin descanso y sin dejar a la pobre Duvall ni siquiera ir al baño.

Pero a diferencia de lo que se cree, la actriz no le guardó rencor al cineasta. Aunque nunca fueron grandes amigos, en distintas entrevistas señaló como un paso importante en su carrera la participación en la cinta, y siempre se mostró muy agradecida con él.

El lento ocaso de las estrellas

Aunque parece que su carrera entró en un hoyo negro después de la aterradora experiencia con Kubrick, esto es una de las grandes mentiras de Hollywood. Lo que sucede es que Duvall se orientó más hacia comedias ligeras, alejándose del cine de autor.

Así, ella fue la inolvidable Oliva en la versión que Robert Altman hizo de Popeye, estelarizada por Robin Williams; participó en Time Bandits, una desternillante comedia dirigida por el ex Monty Python Terry Gilliam y también trabajó en Roxanne, la divertida versión del Cyrano de Bergerac ideada por Steve Martin.

Duvall tuvo una larga trayectoria en la comedia. Foto: AFP

Duvall también tuvo una prodigiosa carrera detrás de cámaras, con adaptaciones de historias cortas para televisión de clásicos infantiles a principios de los 80, lo que cambió por pequeñas historias de terror provenientes de textos inmortales de Edgar Allan Poe, Ambrose Bierce y Henry James, entre muchos otros.

Sin embargo, el paso del tiempo hizo que poco a poco fuera olvidada por Hollywood. Un terremoto que afectó sus propiedades y la muerte de un ser amado le dieron la puntilla a su carrera, la cual retomó muy recientemente con su aparición en la cinta The Forest Hills, con la que rompió una ausencia de 21 años en el cine al que nunca, jamás le tuvo miedo… como a nada en la vida.

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